EFE
Las monjas secuestradas en Siria hace casi tres meses llegaron esta noche al Líbano tras ser liberadas por el grupo rebelde que las tenía en su poder, que las entregó a las autoridades libanesas, informó la agencia de noticias nacional del Líbano, ANN.
Las religiosas entraron en la localidad libanesa de Arsal, en la frontera con Siria, y desde allí fueron trasladadas a la población de Labue, en dirección a la zona de Yadid Yabús.
Las monjas viajan en un convoy compuesto por dieciséis vehículos y junto a ellas han sido liberadas otras tres personas que las acompañaban en su convento cuando fueron secuestradas.
En declaraciones a los periodistas, el director de la Seguridad General libanesa, Abás Ibrahim, dijo que el acuerdo conseguido con los secuestradores para la liberación de las religiosas incluye la puesta en libertad de 150 personas en Siria y negó que se haya pagado un rescate.
Ibrahim destacó que la liberación se ha llevado a cabo según el pacto logrado con los secuestradores, pese a que estos últimos intentaron "salir del acuerdo" en el último momento.
En un comunicado, el patriarca griego católico de Antioquía y Oriente Medio, monseñor Gregorio III Laham, expresó su satisfacción por la puesta en libertad de las monjas y subrayó que los esfuerzos ejercidos son ejemplo de la cooperación en las sociedades árabes.
Durante esta jornada, ha existido confusión sobre la liberación, ya que algunas fuentes habían anunciado la puesta en libertad de las monjas, que al final se retrasó por discrepancias sobre las condiciones impuestas por los secuestradores.
Un portavoz de la Embajada de Catar, país que ha mediado en el proceso, explicó que la liberación se retrasó por discrepancias sobre las condiciones impuestas por los secuestradores.
Las monjas desaparecieron del convento de Santa Tecla durante la toma por los rebeldes de la población de mayoría cristiana de Malula, al norte de Damasco, el 2 de diciembre pasado.
El régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, acusó a "terroristas", como denomina a los opositores, de haber secuestrado a las religiosas, que posteriormente fueron trasladadas a la localidad de Yabrud, cerca de la frontera con el Líbano.
El grupo insurgente que las tenía en su poder exigió en enero pasado la liberación de unas 200 presas en cárceles del régimen sirio a cambio de su liberación.