Los checos comenzaron a votar en la primera de las dos jornadas de las elecciones generales anticipadas, que tanto la izquierda como la derecha consideran trascendentales y que, según los sondeos, ganará el partido socialdemócrata.
Esta formación, en la oposición desde 2006, confía en obtener hasta un tercio de las papeletas, aunque los sondeos le otorgan un máximo del 26 por ciento de los votos.
Ese resultado no bastaría para formar Gobierno en solitario, por lo que esta fuerza política ha asegurado que está dispuesta a contar con el apoyo de los comunistas en la sesión de investidura, rompiendo así el tabú sobre la colaboración con el que fuera partido único de la dictadura.
"No podemos seguir echando pestes de los comunistas después de veintitrés años de democracia, ya que han experimentado una evolución", dijo hoy el líder socialdemócrata, Bohuslav Sobotka, en un debate en la radio estatal Cesky Rozhlas.
El dirigente progresista llamó al cambio argumentando que el país "ya no es capaz de soportar más experimentos de derechas".
"El Estado se está descomponiendo, muchas cosas no funcionan, y es necesario que nuestro país pueda estabilizarse", indicó Sobotka.
Los comunistas alcanzan en las encuestas alrededor del 16 por ciento de los votos, cinco puntos más que en 2010, y sus dirigentes han asegurado que estos comicios "cambiarán el mapa político del país".
Por su parte, los partidos de centroderecha, el conservador euroescéptico ODS y el liberal europeísta TOP 09, en el Gobierno hasta el pasado junio, han centrado buena parte de su campaña en alertar al electorado sobre un viraje hacia la izquierda.
"Se trata de las elecciones más importantes de la democracia desde la caída del comunismo, ya que de ellas depende el éxito de los esfuerzos del presidente (Milos Zeman) por cambiar el sistema político y de los partidos basados en jefes-caudillo que lo apoyan en su propósito", señaló Karel Schwarzenberg, presidente de TOP 09.
Schwarzenberg denunciaba así lo que cree es un comportamiento antidemocrático del jefe de Estado, que nombró este verano un Gobierno sin la venia del Parlamento en el que colocó a sus correligionarios del Partido de los Derechos Ciudadanos (SPOZ).
Los sondeos otorgan al TOP 09 cerca del 13 por ciento de los apoyos, aunque perdería tres puntos porcentuales respecto a los comicios de hace tres años.
La advertencia sobre el aumento de la influencia comunista ha venido también del movimiento ANO 2011, que acapara buena parte del voto de descontento por la mala gestión de los gobiernos de centroderecha de los últimos siete años.
"Nuestra generación y la anterior todavía tienen en la memoria los años totalitarios", recalcó el vicepresidente de ANO 2011, Martin Stropnicky, en referencia a la dictadura comunista.
Se prevé que el gran perdedor de los comicios sea el ODS, que ha contado con un apoyo electoral de al menos el 20 por ciento en las últimas dos décadas y que ahora amenaza con caer por debajo del 9 por ciento.
Unos ocho millones de ciudadanos checos están llamados a votar en estas dos jornadas electorales.
La de hoy, con los colegios abiertos hasta las 22.00 hora local (20.00 GMT), se ha desarrollado sin incidentes y con una participación ligeramente superior a la de hace tres años.
Mañana, los checos podrán votar entre las 08.00 y 14.00 hora local (06.00-12.00 GMT).
De las urnas saldrán elegidos 200 representantes legislativos, en un sistema de listas cerradas en el que, sin embargo, se ha extendido la práctica de marcar a los favoritos de la lista, con lo que no se respeta el orden de las candidaturas establecido por los partidos.
Para escalar puestos y colocarse al frente de la candidatura es necesario que el aspirante en cuestión obtenga al menos un 5 por ciento de los votos de la circunscripción electoral.
A estos comicios se presentan veintitrés formaciones y movimientos políticos, aunque se espera que un máximo de siete supere el umbral del 5 por ciento necesario para entrar en la cámara.
Una coalición de centroderecha estuvo al frente del Ejecutivo checo desde las elecciones de 2010, pero un escándalo de corrupción llevó el pasado junio a la dimisión del primer ministro conservador, Petr Necas.
El presidente Zeman nombró entonces un Gobierno "de expertos" que fue rechazado por el Parlamento, lo que provocó que la Cámara baja se disolviera y se convocaran estos comicios. EFE