EFE
Más de cien presos continúan fugitivos en el estado de Amazonas, en el norte de Brasil, desde que a comienzos de año se registraron en varias cárceles de Manaos, la capital regional, violentas reyertas que dejaron decenas de reos muertos, informaron hoy fuentes oficiales.
De los 184 presos que huyeron a raíz de los motines ocurridos entre el 1 y el 2 de enero, las autoridades solo han capturado hasta el momento a 73 internos por lo que 111 continúan huidos, según señaló en rueda de prensa el secretario de Seguridad Pública de Amazonas, Sérgio Fontes.
Los reclusos fugitivos estaban en el Instituto Penal Antônio Trindade (Ipat), del que huyeron 72 personas, y en el Complejo Penitenciario Anisio Jobim (Compaj), ambos ubicados en Manaos.
El compaj fue el escenario de una revuelta que duró 17 horas y en la que miembros de la facción Familia do Norte (PCC) iniciaron una caceria contra integrantes del Primer Comando de la Capital (PCC), que opera principalmente en el estado de Sao Paulo.
El episodio dejó un balance de 56 muertos en la que es la segunda mayor masacre en la historia carcelaria de Brasil tras el ocurrido en 1992 en una Casa de Detención de Sao Paulo, popularmente conocida como Carandiru, en la que murieron 111 reclusos.
Fontes afirmó que ante tales sucesos es "muy difícil hacer una intervención rápida (de la fuerza pública) al punto de no tener muertos" ya que "si ellos (los presos) quieren matarse, se van a matar".
El secretario añadió que las armas encontradas en las sucesivas inspecciones en los presidios se deba probablemente a diferentes episodios de corrupción, los cuales están siendo investigados, junto con las muertes y las fugas notificadas.
La cifra de muertos en Manaos se elevó después hasta los 60, pues otras cuatro personas fueron asesinadas en la Unidad de Prisión de Puraquequara (UPP), en la zona rural de la capital amazónica, mientras que en una cárcel del estado de Paraíba hubo dos más.
Asimismo, las autoridades encontraron el domingo tres cuerpos en avanzado estado de descomposición próximos al Compaj y se investiga si tienen relación con los sucesos de la semana pasada.
Ese mismo día, otros cuatro reos fueron asesinados en otro motín en una prisión pública del centro de Manaos que había sido reabierta para transferir de manera provisional a cerca de 300 presos de los centros penitenciarios citados con el objetivo de garantizar su seguridad.
El Gobierno brasileño autorizó reforzar la seguridad de las cárceles de Amazonas y de otros estados con el envío de agentes de la Fuerza Nacional, un grupo de elite de carácter federal.