EFE
El ministro brasileño de Deportes, Aldo Rebelo, repudió hoy los dos actos de racismo en estadios del país dirigidos esta semana contra Arouca, exjugador de la selección brasileña, y el árbitro Marcio Chagas, y exigió que sean investigados y sus responsables sancionados.
Rebelo pidió a las autoridades de Sao Paulo y de Río Grande do Sul, estados en los que se registraron los casos, que investiguen lo ocurrido y sancionen rigurosamente a los hinchas responsables, según un comunicado divulgado por el Ministerio.
"La agresión racista no afecta tan sólo a aquel al que está dirigida. Hiere a toda la población brasileña y a su identidad como un pueblo producto de mezcla de razas", afirmó el ministro.
Rebelo repudió estas manifestaciones un mes después de haber exigido a la Confederación Sudamericana de Fútbol sanciones para hinchas peruanos que insultaron al centrocampista del Cruzeiro Tinga en un partido de la Copa Libertadores con el Real Garcilaso.
"La justicia tiene que sancionar ejemplarmente ese comportamiento inaceptable. No son hinchas. Son criminales", agregó.
Su preocupación por casos de discriminación en el fútbol brasileño se conoce a menos de 100 días del comienzo del Mundial del que Brasil será sede entre el 12 de junio y el 13 julio.
El volante Arouca fue blanco de insultos racistas en la noche del jueves al final del partido en que su equipo, el Santos, se impuso a domicilio por 2-5 al Mogi Mirim, con un gol del jugador, y garantizó su clasificación a la próxima fase del Campeonato Paulista, el torneo regional más importante de Brasil.
"A la salida de la cancha fui blanco de insultos de un hincha del equipo adversario. Es lamentable e inaceptable que aún exista espacio para ese tipo de cosas hoy en día", afirmó el futbolista.
El centrocampista, que dijo tener orgullo de sus orígenes africanos, afirmó que el agresor que lo ofendió le pidió que buscara alguna selección de África para defender y dio a entender que los negros no pueden defender la selección brasileña.
El árbitro Marcio Chagas, también de raza negra, fue llamado "mono salvaje" el miércoles durante el partido entre el Esportivo y el Veranópolis del campeonato regional del estado de Río Grande do Sul en la ciudad de Bento Gonçalves.
Tras el partido algunos hinchas provocaron daños en su automóvil, que estaba estacionado en las afueras del estadio, y en el que dejaron varias cáscaras de banano.
"Cuando hallé mi vehículo con las puertas damnificadas y las bananas en el techo me decepcioné mucho. Pensé en mi hijo y en que eso nunca ocurra con él", afirmó el central, quien admitió haber llorado por el incidente.
Según el Ministerio de Deportes, el secretario de Seguridad de Río Grande do Sul, Airton Michels, le garantizó a Rebelo que ya fueron adoptadas medidas para identificar a los autores de la agresión racista al árbitro.
La Federación Paulista de Fútbol (FPF), por su parte, prohibió provisionalmente partidos en el estadio Romildo Ferreira, de Mogi Mirim, en el que Arouca fue insultado.
La decisión "fue necesaria" debido a que los actos de los hinchas del Mogi Mirim "manchan de forma indeleble la disciplina deportiva y los principios básicos de civilidad y humanismo", según un comunicado de la Federación, que aclaró que la prohibición será mantenida al menos hasta que la justicia deportiva se pronuncie.
El presidente del Mogi Mirim, Rivaldo, rechazó la sanción y dijo que el club no puede ser perjudicado por la actitud de algunos pocos hinchas, aunque también condenó los actos de racismo.