El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, comparecerá en el Parlamento para explicar la crisis con Gibraltar, que ha generado controversia con el Gobierno británico y ha llegado incluso a la Comisión Europea.
García-Margallo acudirá ante los diputados el 3 de septiembre para hablar de una crisis diplomática que dura ya cuatro semanas.
El origen de la crisis se remonta al 24 y 25 de julio cuando las autoridades de la colonia británica de Gibraltar lanzaron setenta bloques de hormigón a las aguas de la bahía de Algeciras, lo que impide a los pescadores faenar en la zona y puede vulnerar el medio ambiente.
La posterior aplicación de controles en la frontera por parte de las autoridades españolas generó una nota de protesta verbal por parte de la Embajada británica en Madrid, aunque España ha defendido siempre la legitimidad de esas verificaciones dado que Gibraltar no pertenece al Espacio Schengen, de libre circulación de personas.
Una delegación de la Comisión Europea acudirá a la zona en las próximas semanas para comprobar cómo se desarrollan esos controles.
Esa fue una petición del primer ministro británico, David Cameron, al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en una conversación telefónica que mantuvieron el viernes pasado.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, estuvo de acuerdo con esa solicitud en otra conversación con Barroso, pero pretende que Bruselas analice también otros aspectos vinculados a Gibraltar, como el régimen fiscal y la presencia de miles de empresas y los tráficos ilícitos.
El último incidente es la negativa de España a la entrada en la colonia británica de camiones cargados de arena destinados a las obras de ampliación del territorio que está llevando a cabo el Peñón, que pretende construir un nuevo complejo urbanístico y un segundo espigón.
En un artículo publicado ayer en el Wall Street Journal, Margallo afirmó que España está preparada para dialogar con el Reino Unido, al que pidió que antes retire los bloques de hormigón lanzados en la bahía. EFE