Una multitud despertó el domingo sobre la playa de Copacabana tras una vigilia en la que el papa Francisco electrizó a los jóvenes asistentes a la Jornada Mundial de la Juventud, evento que culmina con una misa a la que se esperan tres millones de personas.
Como la zona inicialmente prevista para la misa dominical, que marca la cierre de la Jornada, fue cambiado debido a que se anegó por las lluvias y se trasladó el evento de cierre a Copacabana, entonces miles de peregrinos cumplieron la tradicional vigilia durmiendo en la playa y otros sobre la famosa acera de adoquines negros y blancos en forma de onda y que va a lo largo del mar por unos cuatro kilómetros.
Jayme Fernandes, un peregrino de 18 años llegado desde el estado de Sao Paulo, dijo que la noche fue fría y como había tanta gente en la playa "prácticamente dormimos unos encima de otros".
Con la salida del sol finalmente tras una semana de lluvias y fríos vientos, todo el esfuerzo valió la pena, agregó.
"Fue fantástico, increíble", dijo Fernandes.
"No fue fácil quedarse toda la noche. Hacía tanto frío y estaba tan lleno, pero no cambiaría la experiencia por nada".
"No se olviden", dijo Francisco a la multitud apiñada al inicio de la vigilia el sábado por la noche tanto a lo largo de la avenida que bordea la playa como sobre la misma arena. "Ustedes son el campo de fe. Ustedes son los atletas de Cristo. Ustedes son los constructores de una Iglesia bella y de un mundo mejor", añadió el santo padre.
Jesús "nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo", dijo Francisco, nacido en Argentina e hincha del club San Lorenzo. Jesús ofrece "un futuro con él que no tendrá fin allá en la vida eterna", añadió el pontífice ante la multitud, mayoritariamente de Brasil, un país que no sólo cuenta con la mayor cantidad de católicos del mundo, sino también el único que ha ganado cinco veces la Copa Mundial de Fútbol.
El pontífice, de 76 años, arrancó aplausos y no pocas lagrimas a la multitud cuando incluso les hizo repetir en voz alta después de él: "¿quieren construir la iglesia?, ¿se animan?", a lo que millones de jóvenes respondieron con un largo sí.
La asistencia a la vigilia del sábado por la noche, un cálculo ofrecido por el alcalde de Rio de Janeiro Eduardo Paes, está por encima del millón que acudió al mismo evento en la Jornada Mundial previa, la de Madrid en el 2011, y lejos del 650.000 de la de Toronto en el 2002.
Paes también ha calculado que unas tres millones de personas acudirán a la misa dominical, en la que Francisco recibirá como ofrenda una niña con anencefalia o sin cerebro, indicó en un correo electrónico el padre Thomas Rosica, asistente al vocero del Vaticano.
Cuando el papa salía el sábado por la mañana de una misa con los obispos y sacerdotes brasileños en la catedral de Rio de Janeiro, una pareja logró acercarse y presentarle a su hija recién nacida con anencefalia, dijo Rosica. Normalmente esos bebes mueren al nacer, pero ésta sobrevivió, además sus padres no quisieron abortar, a pesar de que está permitido por las leyes de Brasil, añadió. En la misa final, el papa "recibirá esta niña durante la ceremonia de las ofrendas como un gesto de bienvenida y ofrecimiento a la vida", aseguró. /AP