La lluvia que castiga a la ciudad brasileña de Aparecida desde la madrugada y el intenso frío que afecta a gran parte de Brasil desde la víspera fueron ignorados por los miles de fieles que aspiran a asistir a la misa que el papa Francisco celebrará hoy en el mayor santuario brasileño.
Ni la lluvia ni el frío ahuyentaron a los miles de peregrinos y fieles que desde el lunes formaban fila frente a los portones del Santuario Nacional de Aparecida y que comenzaron a entrar al templo a las 07.00 hora local (10.00 GMT), tres horas antes de la prevista para la ceremonia religiosa.
Al menos 200.000 personas son esperadas este martes en esta pequeña ciudad de 35.000 habitantes, pero sólo 15.000 podrán ingresar a la basílica dedicada a Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil, que tiene capacidad para 30.000 personas.
Los responsables por el santuario decidieron limitar el número de asistentes para facilitar el tránsito en su interior y por razones de seguridad.
Otra gran parte de fieles podrá asistir a la misa en pantallas gigantes instaladas en los estacionamientos de la basílica y podrá ver a Francisco cuando el papa salga a la Plaza de los Apóstoles para bendecir a la multitud.
Gran parte de las seis mil sillas de plástico instaladas en la plaza estaba ocupada desde primera hora por cientos de personas protegidas por paraguas y capas de plástico, y tan sólo animadas por las oraciones y canciones religiosas lideradas por sacerdotes desde un improvisado altar.
Los fieles que no puedan entrar a la basílica ni a los estacionamientos del santuario podrán ver al papa en los dos recorridos que Francisco realizará en papamóvil por las estrechas calles de Aparecida.
Los responsables por la seguridad limitaron a 2.000 el número de autobuses fletados que pudo acercarse al santuario y que desde la noche del martes copaba todos los estacionamientos disponibles.
Entre los fieles destacaban numerosos ancianos y algunos jóvenes procedentes de otras ciudades brasileñas y de algunos países vecinos y que decidieron pasar por Aparecida antes de dirigirse a Río de Janeiro para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
La programación en Aparecida se atrasará algunos minutos debido a que, por el mal tiempo reinante en gran parte de Brasil, el papa tuvo que viajar en avión desde Río de Janeiro hasta Sao José dos Campos, ciudad a unos 90 kilómetros del santuario y en donde abordará un helicóptero.
Inicialmente estaba previsto que el pontífice viajase directo en helicóptero desde Río hasta Aparecida.
La de hoy será la tercera visita de un papa a Aparecida, el mayor destino de los peregrinos en el país con mayor número de católicos en el mundo.
Juan Pablo II visitó el santuario en 1980 y Benedicto XVI en 2007, cuando coincidió en la ciudad con el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, en la época arzobispo de Buenos Aires, en la Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana.
Francisco, que inició el lunes una visita de una semana a Brasil para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, solicitó que su agenda en el país incluyese una visita al santuario por ser un devoto de la virgen. EFE