AP
El presidente Barack Obama enfrenta complicaciones en el seno de su propio partido en medio de reñidas campañas reelectorales mientras se encamina a un enfrentamiento con los republicanos por la política migratoria.
Si Obama adopta la medida más ambiciosa en consideración —eliminar la amenaza de deportación para millones de personas que están en Estados Unidos sin autorización_, los riesgos a corto plazo parecen mayores para los senadores demócratas en estados de inclinación conservadora. A semanas de la votación de noviembre podrían verse en dificultades no solamente por sus posiciones sobre la inmigración sino también por el uso de Obama de sus prerrogativas presidenciales.
Algunos de esos legisladores sugieren prudencia al presidente.
"Esta es una cuestión que creo debería ser resuelta a nivel legislativo y no por medio de una orden ejecutiva", afirmó la senadora Kay Hagan, de Carolina del Norte, a quien los republicanos quieren desbancar en su intento por tomar control del Senado.
El senador Mark Pryor, de Arkansas, otro legislador vulnerable, dijo en una declaración que está "frustrado por los partidismos en Washington, pero eso no da al presidente carta blanca para pasar por alto al Congreso cuando no consigue lo que desea".
Dichas declaraciones mantienen en vilo a los defensores de los inmigrantes.
Una coalición de esos grupos dijo en una carta dirigida a los legisladores demócratas el viernes que todo intento del partido por demorar o mitigar los cambios administrativos "será considerado como una traición a las comunidades latina e inmigrante con consecuencias graves y duraderas".
Sea como fuere, Obama parece decidido a actuar por su cuenta pese a los riesgos políticos para los demócratas.
El presidente está irritado por la inacción de los republicanos en la Cámara de Representantes ante un proyecto de ley migratorio aprobado el año pasado por el Senado. La crisis por el flujo de menores de edad que han cruzado la frontera en Texas sin acompañantes no parece haberlo disuadido.
Pero no está en claro en definitiva cómo actuará.
Los defensores de los inmigrantes y los legisladores que han hablado con funcionarios del gobierno anticipan que Obama podría expandir un programa que concedió permisos de trabajo y difirió la deportación a más de 700.000 inmigrantes traídos de niños a Estados Unidos sin autorización. Podría ser extendido para incluir a los padres de esos niños, como también a los padres de ciudadanos estadounidenses, o potencialmente otros, que en total podrían sumar hasta cinco millones de personas.
2014-08-16