El presidente chileno, Sebastián Piñera, solicitó hoy a su ministro de Salud, Jaime Mañalich que se preocupara personalmente por el futuro de una niña de 11 años violada y embarazada por su padrasto.
"(Belén) nos sorprendió a todos con palabras que demostraban una profundidad y una madurez cuando dijo (en televisión) que a pesar del dolor que el hombre que la violó le había causado ella iba a querer y cuidar a su bebe", dijo Piñera.
"Cuando se cumplan 22 semanas de embarazo, es decir en ocho semanas más, si fuera necesario tener un nacimiento prematuro se tendrá que realizar esa terapia, porque en nuestro país la vida de la madre está siempre en el primer lugar", agregó el presidente.
El mandatario, contrario al aborto, intervino así en medio de la polémica por la situación de la menor, que era abusada desde los nueve años, a conocimiento de su madre.
"La relación fue consentida", alegó incluso la mujer. Además, dijo que su hija había tenido relaciones con otros hombres y que el bebé que espera podría no ser del padrastro.
Los hechos detonaron un debate público sobre la posibilidad de restituir el aborto en el país, que fue prohibido en las postrimerías del regimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
Líderes de la conservadora Unión Demócrata Independiente, el mayor partido de gobierno, defendieron la prohibición.
El diputado UDI Issa Kort incluso afirmó que la niña de 11 años estaba preparada para ser madre.
"Del momento que una mujer vive su primera regla, su primera menstruación, es porque su organismo ya está preparado para ser madre, para engendrar. No son las condiciones ideales, si pensamos en la Edad Media o los principios del Renacimiento, las mujeres efectivamente eran madres a los 15, 14, 16 años", argumentó.
En la vereda opuesta, la ginecóloga Carolina González, junto a otros colegas, pidió legislar el aborto, permitiendo al menos que sea posible interrumpir el embarazo por razones terapeúticas o ante una violación.
"Soy de la opinión de que se debe legislar, esto significa entregar el derecho a tomar una decisión dependiendo de las causas. Eso es legislar; no es mandar a la niña a tener un aborto", opinó.
En Chile, no hay cifras de cuántas mujeres abortan cada año ilegalmente, exponiéndose a penas de cárcel e infecciones. Cifras no confirmadas hablan de más de 100.000 abortos anuales para una población de ocho millones de mujeres. /DPA