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La presidenta Michelle Bachelet visitó a algunos de los 12.500 damnificados por los incendios que durante casi tres días arrasaron parte de la ciudad portuaria de Valparaíso y les explicó la ayuda que les brindaría el gobierno.
Es la segunda visita de la mandataria a Valparaíso, 120 kilómetros al noroeste de Santiago, desde el domingo, y en esta ocasión subió a algunos de los 12 cerros donde los damnificados se niegan a abandonar sus terrenos por temor a perderlos, pues se trata de ocupaciones ilegales.
Sólo una 10ma parte de quienes perdieron sus hogares están en los albergues municipales, otros se fueron a viviendas de parientes y miles insisten en quedarse donde estaban sus viviendas. Según cifras oficiales, unas 2.900 casas resultaron completamente quemadas.
"La ficha es superimportante, porque con la ficha van a poder las personas recibir el bono de ropa, el bono de enseres que he anunciado hoy", manifestó Bachelet.
El miércoles se anunció que al bono de 200.000 pesos (unos 260 dólares) que se entregará a las familias para que la compra de ropa, se sumará un subsidio de un millón de pesos por grupo familiar para que adquieran enseres básicos, como cocinas, vajillas y algunos muebles.
"Más allá que sigamos apoyando a las familias en los albergues, hay muchas familias que no están en los albergues", dijo la mandataria.
Valparaíso, una ciudad Patrimonio de la Humanidad, está compuesta por algunas calles planas rodeadas por 42 empinados cerros y quebradas. Una docena de esas colinas fueron arrasadas por el fuego que consumió viviendas de clase media y de miles de familias pobres que por décadas han residido en quebradas sin servicios básicos, excepto por la electricidad.
Aunque las autoridades reconocen que miles de personas no podrán regresar a vivir a los peligrosos lugares donde residían, la mayoría de los pobladores insiste en continuar donde estaban, y están despejando de escombros los terrenos donde se levantaban sus casuchas.
El gobierno también entregará algunos subsidios de arriendo, que algunos no están dispuestos a aceptar por temor a que los desplacen de sus terrenos.
De momento no hay cifras sobre cuánto se gastará en subsidios y reconstrucción.
La mandataria, que asumió el poder hace 35 días, simultáneamente enfrenta la emergencia causada por los terremotos del 1 y 2 de abril que azotaron el extremo norte, que destruyeron total o parcialmente unas 12.000 viviendas y dañaron puestos de trabajo.