El presidente chino, Xi Jinping, llegó en horas de la noche a Estados Unidos, donde este viernes se reunirá con su par norteamericano, Barack Obama, en un encuentro a puertas cerradas en un lujoso rancho en California.
Xi llega a su primera cita con Obama como presidente de China tras concluir una gira por América Latina y el Caribe, regiones recientemente visitadas también por el mandatario norteamericano y por su vicepresidente, Joe Biden, en una muestra de que el Hemisferio Occidental está también cada vez más en el punto de mira comercial y económico de Estados Unidos.
Obama también se encuentra ya en California y aprovechará las horas previas a su cita con su par chino para participar en varios actos antes de iniciar la cumbre bilateral, que se prolongará hasta mañana sábado.
La sede del encuentro ha sido cuidadosamente elegida: Sunnylands, una lujosa y retirada finca a unos 200 kilómetros al sureste de Los Angeles, que desde los años 60 ha albergado a seis presidentes estadounidenses en diversas ocasiones. Y está lejos de Washington.
Los temas a debatir son amplios: en el plano internacional, se espera que Xi y Obama hablen sobre el programa nuclear norcoreano, Irán o el conflicto en Siria. A ello se unen los temas estrictamente bilaterales, desde las relaciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo a las espinosas conversaciones pendientes sobre derechos de propiedad o la acusación de Washington a Pekín de realizar masivos ciberataques, entre otros.
Pero según los expertos, en este primer cara a cara entre los dos mandatarios de lo que se trata sobre todo es que se conozcan. Es el primer encuentro de Xi con Obama desde que ascendió a la presidencia del gigante asiático en marzo. Eso sí, ambos ya se conocen, puesto que Obama lo recibió el año pasado en la Casa Blanca, cuando Xi era aún vicepresidente.
Las relaciones entre ambos países son tensas. Pekín mira con preocupación el nuevo interés estadounidense en el área asiática del Pacífico. Washington espera que China, una potencia con derecho al veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, muestre más cooperación en crisis internacionales.
Coincidiendo con la estancia de Xi en Estados Undios, Pekín emitió pasaportes para el hermano y la madre del disidente chino ciego Chen Guangcheng, lo que les permitirá visitar al activista, que el año pasado protagonizó una espectacular huída desde la aldea en el este de China, donde permanecía bajo arresto domiciliario, hasta la embajada norteamericana en la capital.
El caso generó un conflicto diplomático entre China y Estados Unidos, que al final consiguió que se autorizara a Chen Guangcheng a emigrar al territorio norteamericano junto con su mujer y sus dos hijos.
El activista Hu Jia se preguntó en la red social Twitter si los documentos no son un gesto conciliador de cara a Washington por la visita de Xi Jinping.
Chen y otros activistas le han pedido a Obama que aborde el tema de los derechos humanos en China durante su encuentro con Xi. /DPA