Viernes 13 de Diciembre - 2024
VENEZUELA
Escoge tu edición de 2001online.com favorita
Venezuela
América

¿Qué ha pasado con las propiedades que pertenecían a Pablo Escobar?

Miércoles, 01 de noviembre de 2017 a las 08:00 pm
Suscríbete a nuestros canales

2001.com.ve

En julio de 2016, el reguetonero puertorriqueño J Álvarez ofreció un concierto en Medellín como apertura oficial de la Feria de las Flores, las fiestas tradicionales de la ciudad. Un día antes de su presentación, el artista publicó una foto en su cuenta de Instagram en la que, de espaldas a la cámara, exhibía una camiseta con la leyenda “Escobar”.

Su actitud fue reprochada por Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, entidad organizadora de las fiestas, quien incluso sopesó cancelar la presentación de Álvarez. Finalmente sí hubo concierto, aunque antes el cantante ofreció excusas por su foto.

Ocho meses después la historia se repetiría, con distinto protagonista: esta vez fue el rapero Wiz Khalifa quien se tomó una fotografía mientras visitaba el edificio Mónaco, una de las propiedades que dejó Pablo Escobar en la ciudad. De nuevo el alcalde Gutiérrez expresó su rechazo y las disculpas del cantante no demoraron.

Ambos casos dan cuenta del interés que aún hoy, 24 años después de su muerte (2 de diciembre de 1993), generan todas las propiedades que el capo tuvo en Medellín y Colombia.

Algunas de ellas tiene otros usos en la actualidad, luego de ser objetos de extinción de dominio por parte de las autoridades judiciales de país. Otras, en cambio, siguen en pie tal como las dejó el capo tras su muerte. Y unas más fueron destruidas y ya no existen más. ¿Qué ha pasado con ellas?

-El edificio Dallas hoy es un hotel

El 20 de abril de 1993, un carrobomba con 100 kilos de dinamita fue activado por la organización paramilitar Los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar) en el edificio Dallas, propiedad de Pablo Escobar. No hubo muertos, pues el bien estaba desocupado en el momento del atentado.

Desde esa fecha la construcción estuvo destruida, con su interior expuesto, desnudo, como testigo silencioso de una de las épocas más difíciles para Medellín. Así fue hasta 2014, cuando una firma inmobiliaria lo adquirió en subasta pública hecha por el Estado, que tras el proceso de extinción de dominio quedó con la propiedad del inmueble.

Hoy el edificio ya no es más el Dallas y en cambio le dio paso al Hotel Viaggio, que opera allí desde 2015 sobre la misma estructura pero una fachada renovada.

-El edificio Mónaco, un vecino incómodo

Encartados están los habitantes del barrio Santa María de los Ángeles, en la comuna El Poblado de Medellín, con esta propiedad que alojó durante varios años a Pablo Escobar y su familia, y que pese a ser víctima de un carrobomba con 700 kilos de dinamita en 1988, permaneció en pie.

Desde que el edificio fue objeto de extinción de dominio, ha sido sede de la Fiscalía, también de la Policía y en la actualidad está sin uso. Las quejas de los vecinos de la zona, además del mal recuerdo, pasan por la estética del bien y por la piscina que aloja aguas lluvias y atrae insectos y otras plagas. Además por los olores fétidos y la maleza sin cortar.

Incluso desde el Concejo de la ciudad se ha discutido su posible demolición.

-A la Catedral la desmantelaron los saqueadores 

En 1991, Pablo Escobar llegó a un acuerdo con el Gobierno de César Gaviria y negoció su entrega con una condición: que él elegía el lugar en el que estaría recluido y que el tratado de extradición con Estados Unidos fuese revocado.

Ambas condiciones le fueron concedidas y fue construida así una cárcel hecha a su medida, llena de lujos y de extravagancias en una montaña de la vereda La Miel, en el municipio de Envigado, vecino de Medellín.

La cárcel se llamaba La Catedral y fue el centro de operaciones de Escobar, aun privado de su libertad.

De La Catedral, el narcotraficante se fugó en 1992 cuando el mismo Gobierno de César Gaviria, al enterarse de las condiciones en las que allí vivía Escobar, dispuso su traslado a una cárcel ordinaria.

El sitio entró en abandono y se convirtió, sin proponérselo, en un atractivo turístico de la zona. No solo eso, corrió el mito de que allí estaban escondidos elementos de valor que el narcotraficante se había llevado a su cautiverio.

Esto provocó que entraran saqueadores y fueran destruyendo la construcción, sin que nadie, ni siquiera las autoridades, se preocuparan por su estado.

Fue hace una década que al lugar llegó una comunidad de monjes y se instaló allí, aunque de la cárcel no quedó sino el piso.

Información de Yahoo Noticias.

 2017-11-02