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Raúl Castro niega responsabilidad en ataques a diplomáticos

Jueves, 14 de septiembre de 2017 a las 08:00 pm
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AP 

El presidente de Cuba contactó al diplomático estadounidense de mayor rango en La Habana para abordar las graves preocupaciones de Washington por las afectaciones a la salud que varios de sus diplomáticos sufrieron en la capital cubana. Se habló de “ataques sónicos” y hubo una sutil amenaza de repercusiones por parte de Estados Unidos, que hasta hace poco era enemigo jurado de la isla.

Lo que el presidente cubano hizo a continuación sorprendió a Washington, dijeron a The Associated Press varios funcionarios estadounidenses con conocimiento de lo sucedido.

En una inusual conversación cara a cara, Castro le dijo al embajador Jeffrey DeLaurentis que estaba igual de perplejo. En lugar de dejar que sus subordinados se encargaran del asunto, Castro negó personalmente cualquier responsabilidad de su gobierno.

Los cubanos incluso se ofrecieron a permitir el ingreso del FBI a La Habana para que investigara. Las agencias de seguridad de ambas naciones han cooperado con mayor frecuencia desde que se descongelaron las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en 2015. Sin embargo, el permiso de entrada fue extraordinario.

El gobierno cubano no dice a menudo “vamos a cooperar con Estados Unidos, esto les sería de mucha ayuda”, dijo David Rubincam, ex agente del FBI que trabajó en Moscú, un sitio similarmente hostil.

La lista de víctimas estadounidenses confirmadas era mucho menor el 17 de febrero, cuando Estados Unidos presentó su queja inicial ante las autoridades de Cuba. Hoy día, el número de casos “con confirmación médica” es de 21, además de varios canadienses afectados. Algunos estadounidenses sufrieron pérdida auditiva permanente o daño cerebral leve, incidentes que han causado alarma en la unida comunidad diplomática de La Habana.

Por lo menos otra nación, Francia, ha realizado pruebas a su personal diplomático en busca de posibles lesiones a causa de dispositivos sónicos.

Sin embargo, las autoridades estadounidenses afirman que existen verdaderas razones para cuestionar si es que Cuba perpetró una campaña clandestina de agresiones.

A menudo, los cubanos reaccionan con indignación cuando Estados Unidos los acusa de asuntos como acoso a diplomáticos estadounidenses o de fuertes medidas en contra de los disidentes cubanos. Pero en esta ocasión, Castro no se presentó ni displicente ni a la defensiva, de acuerdo con funcionarios estadounidenses que exigieron el anonimato al no contar con autorización para hablar de la investigación.

Además, el gobierno de Castro no rechazó rotundamente que algo perturbador haya ocurrido en territorio cubano.

¿Acaso el panorama era más complejo? Los investigadores consideraron que tal vez una facción disidente de las fuerzas de seguridad de Cuba haya actuado, posiblemente en combinación con otro país, como Rusia o Corea del Norte.

Durante décadas, Cuba y Estados Unidos han acosado mutuamente a sus diplomáticos. Los cubanos podrían ingresar a las viviendas y reacomodar los muebles o dejar heces en retretes. Los estadounidenses podrían realizar allanamientos descarados y detenciones de tránsito, pinchar neumáticos o romper luces de vehículos, incluso conducir demasiado cerca de los autos de su objetivo.

Lo que los diplomáticos estadounidenses comenzaron a reportar en noviembre pasado fue completamente distinto.

Los diplomáticos y sus familiares enfermaban. Algunos describieron sonidos extraños e inexplicables, incluidos sonidos agudos y de machaqueo. Incluso, algunas víctimas relataron que entraban y salían de lo que parecía ser la zona de influencia de una potente onda auditiva que afectaba zonas específicas dentro de una habitación, reportó la AP esta semana.

En ese momento, Washington y La Habana se encontraban en una modalidad de desenfrenada cooperación, trabajando febrilmente para garantizar el progreso en varios asuntos, desde el acceso a internet hasta las reglas migratorias, antes de que finalizara la presidencia de Barack Obama. El sorpresivo triunfo electoral de Donald Trump el 8 de noviembre significó que pronto estaría al frente un presidente que había amenazado con revertir la distensión.

Mientras Estados Unidos se preparaba para un nuevo e impredecible gobierno, Cuba también enfrentaba un punto de inflexión.

2017-09-15