Rhode Island es a partir del jueves en el décimo estado que permite los matrimonios entre personas del mismo sexo después de que el gobernador promulgó el proyecto de ley, que corona un esfuerzo de 16 años en este estado de fuerte creencia católica y que provocó gritos de júbilo de cientos de gays, lesbianas, sus familiares y amigos.
El gobernador independiente Lincoln Chafee firmó la legislación poco después de que la Cámara de Representantes del estado dio su aprobación final a la iniciativa con una votación 56-15. El primer matrimonio será el 1 de agosto, cuando entre en vigor la norma.
"Esperé 32 años este día y nunca pensé que sucedería estando yo vivo", dijo Raymond Beausejour, de 66 años, quien ha vivido con su pareja durante 32 años. "Por primera vez en mi vida, me sentiré bienvenido en mi estado".
Después de que Chafee firmó el proyecto, cientos de personas reunidas afuera de la sede del Congreso gritaron de júbilo mientras un coro entonó "Capilla del amor".
"Ahora, después de todo, son libres de casarse con la persona que aman", dijo el gobernador a la multitud.
El día fue agridulce para Deborah Tevyaw, cuya esposa Pat Baker, murió de cáncer hace dos años. Meses antes de fallecer, Baker dijo a los legisladores que no era justo que Tevyaw no fuera considerada como su esposa en Rhode Island a pesar de que se casaron en Massachusetts.
"Estoy extasiada pero triste de que ella no vea esto", indicó Tevyaw.
Mientras todos los demás estados de la región de Nueva Inglaterra permiten el matrimonio gay, el católico estado de Rhode Island se había mantenido al margen, y durante 20 años fracasaron las iniciativas de ley que se presentaron sobre el tema.
Eso cambió este año después de que más personas partidarias de las uniones homosexuales fueron elegidas en la Asamblea General y los defensores emprendieron un agresivo esfuerzo para convencer a los legisladores. El apoyo que recibieron incluyó a líderes sindicales, clericales y políticos como Chafee y el alcalde de Providence Angel Taveras, así como cientos de voluntarios.
Sus esfuerzos superaron la oposición de la Iglesia católica y legisladores —como la presidenta del Senado, Paiva Weed— quienes emitieron votos contra el proyecto, pero permitieron que se votara de todas formas.
Los que apoyaban argumentaron en largas audiencias legislativas que se trataba de un tema de derechos civiles y que las parejas gays y lesbianas merecían los mismos derechos y protecciones que se les da a las parejas heterosexuales. La Iglesia católica fue la que más se opuso. El obispo Thomas Tobin pidió a los congresistas que derrotaran lo que calificó como un cambio "inmoral e innecesario" a la ley tradicional del matrimonio./AP