La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo hoy haber sido mal informada cuando, en su condición de ministra de la Presidencia en 2006, autorizó a la petrolera estatal Petrobras a comprar parte de una refinería en Texas (EE.UU).
La jefe de Estado respondió de esa forma a las informaciones divulgadas hoy por el diario O Estado de Sao Paulo en el sentido de que Rousseff respaldó entonces un negocio que hoy es cuestionado por las pérdidas que generó para Petrobras e investigado en diferentes instancias por supuestas irregularidades.
La mandataria, en un comunicado enviado a la prensa, afirmó que en la época era integrante del Consejo de Administración de Petrobras por ser ministra de la Presidencia del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y que "autorizó" la decisión de comprar la refinería en Pasadena tras haber recibido "informaciones incompletas" de un laudo "técnica y jurídicamente equivocado".
La Presidencia alegó que el laudo omitía informaciones sobre cláusulas que eran perjudiciales para la empresa.
La operación, por un valor de 1.180 millones de dólares, es cuestionada por varias irregularidades.
La compra de la refinería es investigada por la Policía Federal, el Tribunal de Cuentas de la Unión, el Ministerio Público (Fiscalía) y el Congreso.
En 2006, el Consejo de Administración de Petrobras, con el voto a favor de Rousseff, autorizó la compra del 50 % de la refinería por un valor de 360 millones de dólares, pero por cláusulas del contrato fue obligada posteriormente a adquirir el otro 50 % de la unidad.
La planta había sido comprada un año antes por 42,5 millones de dólares por la belga Astro Oil, que inicialmente mantuvo su participación del 50 % en la refinería pero después la vendió a un precio significativamente superior.
La presidenta indicó que el material que recibió para evaluar la operación de Petrobras no hacía referencia a la cláusula que exigía a una de las partes adquirir la otra mitad en caso de falta de entendimiento entre los socios, como ocurrió con Astra Oil.
La mandataria agregó en el comunicado que el informe que recibió tampoco citaba otra cláusula que obligaba a Petrobras a garantizarle el pago de una participación en las ganancias mínimo por año al otro socio incluso con condiciones del mercado adversas.
"Si se tuviera conocimiento (de esas cláusulas) seguramente el Consejo (de Administración de Petrobras) no las habría aprobado", según el comunicado de la Presidencia.
El Consejo Administrativo comenzó a cuestionar el contrato en 2008, pero cuatro años después, tras ser derrotada en un proceso arbitral en Estados Unidos, Petrobras fue obligada a cumplir las cláusulas por orden judicial y a comprar la parte de Astra Oil en la refinería por el precio exigido por el socio.
De acuerdo con el comunicado de la Presidencia, en la época la dirección de la petrolera estatal informó al Consejo de Administración que había abierto una investigación interna para determinar las responsabilidades y las pérdidas con la operación.
Según O Estado de Sao Paulo, la planta, que en la época fue considerada como "obsoleta" por algunos especialistas y cuya compra fue justificada para una expansión de la petrolera brasileña en el exterior, nunca pasó por ninguna modernización para permitirle refinar crudo pesado, que es el más producido por Petrobras. EFE