BBC
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, declaró que su país está listo -dentro y fuera de la cancha- para la Copa Mundial de fútbol, que comienza este jueves.
Rousseff expresó en un mensaje transmitido en cadena por la televisión nacional que los pesimistas han sido derrotados por la determinación del pueblo brasileño y defendió el costo del torneo como una inversión a largo plazo para el país.
Sin embargo, continúan las obras en el estadio de Sao Paulo donde se jugará el primer partido, mientras que las huelgas de trabajadores del metro amenazan a esa ciudad y a Río de Janeiro, donde se jugará la final.
Ha habido numerosas protestas contra la Copa Mundial más cara de la historia.
El jefe del comité local que organiza el Mundial, Riccardo Trade, dijo a la BBC que una huelga sería una pesadilla.
Pero el Movimiento de los Trabajadores sin Techo -que ha venido apoyando las protestas contra el Mundial de fútbol- afirma que no volverá a salir a las calles mientras dure el torneo.
Una de sus dirigentes, Jussara Basso, dijo a la agencia de noticias AFP que las autoridades habín aceptado concesiones clave en cuanto a sus exigencias de viviendas.
Pero los trabajadores del metro de Sao Paulo insisten en que volverán a paralizar sus labores el jueves a menos que sus demandas sean complacidas.
El gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckim, aseguró que las autoridades tienen planes de contingencia.
2014-06-11