La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, invitó a los ex presidentes Luiz Inacio Lula da Silva, Fernando Henrique Cardoso, José Sarney y Fernando Collor de Mello a asistir junto a ella a la misa que se celebrará en Johannesburgo en honor al ex presidente sudafricano Nelson Mandela, fallecido el jueves.
Según informó hoy la Agencia Estado, todos confirmaron que acompañarán a la mandataria a la celebración religiosa, que se realizará el 10 de diciembre en el estadio FNB de la capital sudafricana. Se espera que participen en la liturgia autoridades y personalidades de todo el mundo.
Tras la celebración, el cuerpo del Premio Nobel de la Paz será velado en la sede de la Presidencia en Pretoria, entre los días 11 y 13 de diciembre, hasta su sepelio, el 15 de diciembre.
De acuerdo con "O Estado", un avión de la Fuerza Aérea Brasileña partirá desde Brasilia, el lunes por la mañana, con Sarney y Collor de Mello a bordo. De allí, la aeronave seguirá hacia Sao Paulo, donde recogerá a Lula da Silva, y por último pasará por Río de Janeiro, donde lo abordarán la presidenta y Cardoso.
La última vez que ex presidentes brasileños participaron juntos en un viaje fue en abril de 2005, bajo el gobierno de Lula, cuando éste y sus antecesores Cardoso -quien fue recibido en 1996, cuando era presidente, por Mandela-, el fallecido Itamar Franco, y Sarney, participaron juntos del funeral del papa Juan Pablo II.
Tras la muerte del líder sudafricano, Cardoso expresó que el mundo perdió "el mayor símbolo vivo de la lucha por la dignidad humana, por la libertad y por la democracia". "Su altivez, su antirracismo y su generosidad ayudaron decididamente a terminar con el apartheid en África del Sur".
Por su parte, Lula da Silva aseguró que Mandela fue "un ejemplo de determinación, de perseverancia y de todo lo que es importante para el diálogo entre los hombres".
"Será siempre el mayor símbolo mundial de la búsqueda por la paz, la democracia y la inclusión social. Brasil y el mundo están de luto. Madiba se fue, pero nos dejó a todos sus enseñanzas inolvidables".
Rousseff decretó siete días de luto por la muerte del líder sudafricano, al tiempo que lamentó la muerte de la "mayor personalidad del siglo XX". DPA