EFE
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, condenó hoy el asesinato en los últimos días de varios líderes comunales y defensores de derechos humanos en el país y reiteró la urgencia de implementar el nuevo acuerdo de paz con las FARC para evitar un recrudecimiento de la violencia.
"Estos hechos son una evidencia palpable y dramática de los riesgos que la incertidumbre nos trae sobre la implementación de los acuerdos de paz", dijo el mandatario en la Casa de Nariño.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) denunciaron este lunes que en lo que va de año han muerto 200 personas "con un total manto de impunidad" y que ahora "un nuevo genocidio está en marcha contra líderes sociales y campesinos".
En una carta, la guerrilla enumeró varios casos ocurridos esta semana y que incluyen tres muertes y dos atentados.
Según las FARC, en los últimos días murieron Erley Monroy, quien fue hallado herido cerca de un batallón en San Vicente del Caguán, en el departamento de Caquetá (sur), y luego falleció en un hospital, y Didier Losada, asesinado por una persona encapuchada en su casa en el municipio de La Macarena, del departamento del Meta (centro).
A esos crímenes, las FARC suman el de Rodrigo Cabrera, hermano del líder de víctimas de Policarpa, en el departamento de Nariño (suroeste), y atentados contra tres personas en diferentes partes del país.
"Vamos a actuar con absoluta firmeza y contundencia frente a estos hechos, y para revisar en detalle esta situación y evaluar las medidas de choque reuní a la Comisión de Alto Nivel para la Protección de los Derechos Humanos", sostuvo Santos.
A juicio del jefe de Estado, la incertidumbre de no haber implementado el acuerdo con las FARC, "aumenta los riesgos".
"Por eso la urgencia de tomar las decisiones. Es urgente pasar a la siguiente fase del agrupamiento y ubicación de las FARC en las zonas veredales de transición para garantizar el cese al fuego y dar también las garantías a todos los ciudadanos de estas zonas", dijo.
El Gobierno nacional y las FARC firmaron el 26 de septiembre en Cartagena un primer acuerdo de paz luego de casi cuatro años de negociación en La Habana.
Sin embargo, el texto final fue rechazado por los colombianos en el plebiscito del 2 de octubre, lo que obligó a reabrir la negociación para incorporar propuestas de los promotores del "no" en esa consulta.
Finalmente, el 12 de noviembre se alcanzó un nuevo acuerdo y ahora se plantea la posibilidad de que la refrendación la haga el Congreso para proceder a implementarlo en su totalidad.
El jefe de la delegación de paz del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle, pidió la unidad de los colombianos en torno al reciente acuerdo.
"Llegó la hora de avanzar. Llegó la hora de unirnos alrededor de este nuevo acuerdo, de este acuerdo mejorado y ajustado, para implementarlo, proteger lo alcanzado y avanzar hacia la consolidación del fin del conflicto y la construcción de la paz", manifestó De la Calle.
Los negociadores de paz del Gobierno se reunieron anoche en Bogotá durante seis horas con los líderes del "no", encabezados por el expresidente Álvaro Uribe, y representantes de víctimas para explicarles "en todo detalle el nuevo acuerdo", pero en ese encuentro persistieron las diferencias.
2016-11-22