Paola Ñáñez
Solo dos meses duró "la luna de miel" de Luis Almagro, secretario general de la OEA con Venezuela, luego de que se reuniera con el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, uno de los líderes la oposición venezolana, lo que causó la molestia de Nicolás Maduro, quien aseguró que Almagro debía aclarar hacía donde iba su línea "intervencionista".
"Es importante aclarar si Almagro va a impulsar la democracia, el respeto a los pueblos y a condenar las conspiraciones o va a seguir el mismo jueguito (…), la misma línea intervencionista de la derecha y de (el chileno José Miguel) Insulza, su antecesor al frente de la OEA", señaló Maduro.
"Aquí no se puede estar bien con dios y con aquello. O se está con los pueblos o se está con el imperio. Así de sencillo. Díganselo a Almagro de parte mía", pidió Maduro a los funcionarios presentes durante un acto televisado.
En ese sentido, Elias Jaua vicepresidente de Desarrollo del Socialismo Territorial y ministro de Comunas venezolano también mostró su descontento por el encuentro, y acusó a Almagro de ser "antivenezolano" y un "traidor".
Almagro evito hablar con los medios de comunicación al término de la sesión del Consejo Permanente de la OEA celebrada hoy en Washington, y sigue sin responder a las acusaciones de Jaua y Maduro.
Agencia EFE/ Miriam Burgués