AP
Una bomba improvisada lanzada desde un helicóptero del gobierno mató a por lo menos seis personas, entre ellas dos niños, en un sector dominado por los rebeldes en el norte de Siria, dijeron activistas.
Las fuerzas del presidente Bashar Assad han usado los llamados barriles-bomba con efecto devastador contra la oposición en Siria. Las armas no convencionales —barriles llenos de explosivos y trozos de metal lanzados desde helicópteros— no pueden lanzarse con precisión y han causado numerosas bajas civiles.
La Fuerza Aérea de Assad tiende a usarlas para desalojar a los rebeldes de zonas en disputa, pero también aterrorizan a los civiles y los enemistan con los combatientes en sus vecindarios.
El ataque del sábado ocurrió en el pueblo de Sarmeen, en la provincia noroccidental de Idlib, dijeron activistas.
El Observatorio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que había seis muertos y que la cifra seguramente aumentaría. Los Comités Locales de Coordinación, un grupo activista, y la pro rebelde Agencia de Prensa Shahba, también reportaron el ataque pero dieron cifras de bajas más elevadas.
Es frecuente que haya discrepancias en las cifras de bajas inmediatamente después de ataques con explosivos.
Un video de un aficionado publicado en internet muestra cadáveres aplastados de hombres y por lo menos de un niño en medio de hierros retorcidos, con manchas de sangre y neumáticos en llamas.
"¿A dónde va todo esto?", se lamentó un hombre mientras sacaba un cadáver de entre los escombros.
El video parecía genuino y coincidía con la información de la AP sobre el episodio.
Los activistas dijeron que el ataque se produjo durante enfrentamientos en el área entre rebeldes y fuerzas progubernamentales.
El sábado hubo otro ataque aéreo contra el pueblo norteño de Marea, donde mató a una viuda y su hija de 7 años, dijo un activista local que se hace llamar Abu al-Hassan. El marido de la mujer murió en combate hace dos años, agregó, y dijo que queda huérfano el hijo menor de 4 años.
Mientras las fuerzas partidarias del gobierno de Assad han ido reconquistando paulatinamente áreas de la oposición en otras partes de Siria, los rebeldes mantienen posiciones a lo largo de la frontera norte con Turquía porque les facilita el paso de combatientes y armas.
La guerra civil siria, que entra en su cuarto año, ha dejado hasta ahora más de 150.000 muertos y más de seis millones de desplazados, y ha dejado en ruinas la sociedad y la economía.