El número de víctimas mortales del peor terremoto que sacudió a Filipinas en las últimas dos décadas subió hoy a 171, mientras que al menos 20 personas siguen desaparecidas y se teme que estén atrapadas entre los escombros.
La mayor parte de las víctimas proceden de la provincia de Bohol, donde se situó el martes el epicentro del sismo de magnitud 7,2 en la escala de Richter. En dicha provincia, situada 640 kilómetros al sur de Manila, murieron 159 personas.
Otras 12 personas perdieron la vida en las provincias vecinas de Cebu y Siquijor, donde se registraron además 375 heridos.
Los servicios de emergencia hicieron acopio de alimentos, agua, medicinas y tiendas de campaña para los supervivientes, muchos de los cuales todavía no se atreven a dormir bajo cubierto por temor a las réplicas.
En total resultaron afectados por el sismo unos 3,4 millones de personas. El terremoto destruyó más de 34.000 casas en Bohol, Cebu, Siquijor y la provincia de Negros. Se estima que los daños en infraestructuras podrían elevarse al menos hasta los 563 millones de pesos (13 millones de dólares), informaron las autoridades.
El gobierno aseguró a las víctimas que la ayuda está en camino, pero en algunas de las zonas afectadas comienzan a escasear los productos básicos.
El terremoto del martes fue el peor vivido en Filipinas desde 1990, cuando un sismo de magnitud 7,9 sacudió la isla de Luzon, dejando más de 1.600 muertos. /dpa
2013-10-18