EFE
La policía turca busca por cuarto día al autor de la masacre en el club Reina de Estambul, reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y que dejó 39 muertos en Nochevieja, y centra sus pesquisas en varias familias oriundas de Asia Central, cuyos miembros fueron detenidos hoy en Esmirna.
El ministro de Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, confirmó que el Gobierno turco ya conoce la identidad del atacante, pero no la divulgó ni dio más detalles sobre él.
Tras los diferentes rumores difundidos y desmentidos en los últimos días, la versión más habitual es ahora que el atacante es oriundo de Kirguizistán y que vino a Turquía con su familia.
En todo caso, la operación policial, que se inició esta madrugada, se ha saldado con la detención de 40 personas que disponían de pasaportes de Kirguizistán, pero que eran originarias de Turkestán oriental, informa el diario "Hürriyet", en referencia a la región de Xinjiang, en el extremo oeste de China.
Esta región, con una tradición de movimientos independentistas, está poblada por la etnia uigur, un colectivo de religión musulmana e idioma túrquico que recibe habitualmente acogida en Turquía por la persecución política que sufre en China.
En los últimos años se han detectado intentos del EI de facilitar el viaje de uigures desde China a Turquía para poder captarlos después como combatientes en Siria.
Entre los 40 detenidos, que pertenecen a tres familias distintas, hay 11 hombres, 9 mujeres y 20 menores, especifica el periódico.
Todos vivían antes en la ciudad de Konya, en Anatolia central, pero se trasladaron quince días antes del atentado con gran urgencia a Esmirna, en la costa occidental de Turquía.
La policía cree haber determinado que estas familias formaban parte de una red del Estado Islámico para llevar a combatientes extranjeros de Asia Central y del norte de África a Siria, señala "Hürriyet".
En el registro de los domicilios se hallaron 41 pasaportes falsificados de diversos países, 15 carnés de identidad también falsos, 12 teléfonos móviles (celulares), dos cinturones de munición, una mira telescópica para francotiradores y unos prismáticos de visión nocturna, entre otros materiales.
Mientras, continúa la búsqueda de un personaje cuyo nombre en clave es "Yusuf Hoca" (Maestro Yusuf) y que la policía considera el cerebro del atentado, indica el rotativo "Vatan".
Según esa fuente, el autor de la masacre llegó en noviembre a Estambul en un vuelo desde Kirguizistán, junto a su mujer y dos hijos, pero ya había estado en Turquía anteriormente.
Conforme a la reconstrucción del diario, basada en filtraciones policiales, "Yusuf Hoca" ubicó al sicario y a su familia en una célula yihadista en Konya y organizó en diciembre su viaje a Estambul.
El atacante llamó a "Yusuf" tanto cuando iba camino del club Reina como después de salir del local, siempre utilizando el teléfono de los taxistas que lo llevaban.
De acuerdo con "Hürriyet", el sicario se dirigió después del ataque a un restaurante uigur en Estambul donde pidió a un trabajador dinero para pagar al taxista, aparentemente por haber olvidado el suyo en la cazadora que dejó abandonada en el club Reina, junto al arma utilizada.
El hecho de que el atacante aún no haya sido detenido ha provocado cierta ansiedad, y hoy una turbamulta agredió a un hombre en un barrio de Estambul con puñetazos y puntapiés, al creerlo el autor de la masacre.
Pero, tras un breve interrogatorio, la policía dejó en libertad a este hombre, quien aparentemente tenía cierto parecido físico con el sospechoso de las fotografías que circulan por las redes.
Solo una hora antes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había pedido en su primer discurso del año "unidad" y había advertido de que nadie debería "salir a la calle a hacer justicia con sus propias manos".
Erdogan aseguró que el atentado en el club Reina "intenta dividir la sociedad a lo largo de las fallas geológicas existentes" y recordó que hay que respetar los diferentes estilos de vida, en aparente referencia a la crispación entre quienes insisten en mantener el tradicional laicismo del país y quienes buscan su identidad en el islam.
En los últimos días, sectores progresistas han denunciado que sólo un día antes del atentado, el sermón oficial, leído en todas las mezquitas del país y aprobado por el Ministerio de Religión (Diyanet), había exhortado a los fieles a no celebrar la Nochevieja por ser una fiesta "ilícita" y "no compatible con los valores nacionales".
Erdogan insistió, por su parte, en que nunca ha pedido usar las instituciones públicas para inmiscuirse en el estilo de vida de los ciudadanos, pero sin hacer referencia a la polémica prédica.
2017-01-04