Alrededor de una cuarentena de menores hispanos cuyos padres fueron deportados o están en proceso de serlo acudieron hoy al Congreso para exigir tanto a los legisladores como al presidente Barack Obama una solución para su situación.
Los menores fueron recibidos en las dependencias del Congreso en Washington por los miembros latinos de la Cámara de Representantes Luis Gutiérrez (demócrata de Illinois), Tony Cárdenas y Juan Vargas (demócratas de California), a quienes mostraron un gran mural con centenares de cartas de niños que se encuentran en esta situación.
"Mi madre fue deportada hace seis años y, aunque yo soy ciudadano estadounidense, he tenido que desplazarme junto a ella a México porque mi padre murió", explicó a Efe Saúl Arellano, un joven de 14 años nacido en el estado de Washington.
"Mi regreso a México fue muy difícil al principio, porque yo siempre había estudiado en inglés", indicó Arellano, quien tan sólo había viajado una vez a ese país antes de que su madre fuera deportada y apenas conocía a algunas personas allí.
Fueron muchas las historias personales que, como la de Arellano, pudieron oirse hoy en el Congreso: de niños arrancados bruscamente del país que los vio nacer al ser sus padres deportados, de otros que siguen viviendo en EE.UU. pese a que alguno de sus padres fue deportado, o incluso de aquellos quienes están a cargo de familiares al haber sido sus dos padres deportados.
"Debemos dejar de jugar a la política porque lo que está ocurriendo aquí es inhumano. Esto no es un asunto demócrata o republicano, es una cuestión de humanidad", espetó en su intervención el congresista Gutiérrez, quien no pudo contener los sollozos al leer en público una de las cartas que le fueron entregadas.
En un acto totalmente bilingüe español-inglés, los más pequeños enfatizaron en Washington una de las caras más traumáticas del sistema migratorio en EE.UU., que concluyó con la canción "Se llevaron a mi padre", interpretada por dos jóvenes latinos y dirigida al presidente Obama para presionarlo a favor de la reforma. /EFE