Los actos de conmemoración del trigésimo séptimo aniversario del golpe de Estado de 1976 en Argentina sirvieron para que asociaciones políticas, sociales y de derechos humanos reclamaran "una Justicia democrática, que reconozca la parte civil" que actuó durante la última dictadura.
Así lo manifestó la presidenta de la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en la lectura de una carta conjunta con representantes de otras organizaciones, al término de las marchas convocadas hoy en Buenos Aires con motivo de la celebración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
Frente a una multitud de personas con banderas argentinas y fotografías de los desaparecidos durante la última dictadura (1976-1983), Carlotto aseguró que "en Argentina se juzga a genocidas porque se decidió escuchar, no sólo a los sobrevivientes, sino a un pueblo".
En ese sentido, destacó que fue el expresidente Néstor Kirchner, ya fallecido, quien decidió que la impunidad "no iba a ser eterna" y que "para reconstruir una país había que reconocer la lucha del pueblo".
"Cuatro años después, (la presidenta ) Cristina (Fernández) reasumió el compromiso y lo sigue profundizando, hay muchas cosas que quedan por hacer y faltan muchas", aunque "estamos en el camino", añadió Carlotto.
Miles de personas, en especial jóvenes, se unieron a las marchas, convocadas en todo el país para recordar a las víctimas de la etapa más oscura de la historia reciente de Argentina.
A una de ellas se sumó el juez español Baltasar Garzón quien, en declaraciones a una televisión local, lamentó que en España no exista la misma "manifestación" ni el mismo "empuje" que en Argentina, así como un Gobierno y una Justicia "que apoye la investigación y las reivindicaciones".
"30.000 compañeros desaparecidos presentes ahora y siempre", fue la consigna más coreada por los asistentes al acto en la Plaza de Mayo de la capital argentina, donde también hubo espacio para las actuaciones musicales. /EFE