El primer grupo de colombianos de Estados Unidos ya llegó a Colombia, y gradualmente han dejado una serie de testimonios sobre el áspero proceso de deportación que sufrieron por parte de la Administración Trump.
En declaraciones ofrecidas a Señal Colombia, un deportado aseguró que a su hijo, quien es menor de edad, le pusieron unos grilletes desde el momento de tomar el bus para abandonar Estados Unidos hasta subir al avión para llevarlos de vuelta a Bogotá.
"Lo esposaron, le pusieron unos grilletes desde que salimos de San Diego en el bus hasta el avión Hércules. Venía esposado, me decía: 'papi, me duele', y me lloraba", declaró el migrante. "El sueño de todos es salir adelante, como todo el mundo".
Por su parte, otro migrante de nombre Daniel Oquendo, de 33 años, fue repatriado el martes por el avión enviado por el Gobierno colombiano y tras ser deportado, dio su opinión sobre la disputa entre el presidente Gustavo Petro con la Administración Trump.
“Fue un circo mediático innecesario. El presidente quiso hacernos un caso y… ¿para qué? Al final, tuvo que aceptar las deportaciones. Todo fue en vano”, lamentó Oquendo a CNN.
"No hicimos nada malo: no soy un criminal"
Por su parte, Andrei Barrientos, de 36 años, declaró al aterrizar a Bogotá que no sabía sobre el enfrentamiento diplomático, pero recalcó que “No hicimos nada malo: no soy un criminal. Sí, crucé la frontera ilegalmente, pero lo hacía para ayudar a mi familia…y me trataron como si fuera un gángster”.
“Me enteré de todo esto hoy, cuando aterricé en Bogotá y estaba lleno de periodistas preguntándome qué había pasado… ¿Qué sabía yo? En los centros de la CBP hay televisores, pero no dejan ver canales de noticias, todo son deportes y películas antiguas, y por supuesto no teníamos teléfono. Solo ahora me doy cuenta de lo que pasó allí”, agregó Barrientos.
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