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La Organización de Estados Americanos (OEA) inició hoy la agenda de trabajo de su 46 Asamblea General en la capital dominicana con todas las miradas puestas en la crisis de Venezuela y en la grave situación financiera de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Entre hoy y el miércoles, cancilleres y altos representantes de los 34 Estados miembros de la OEA (todos los americanos menos Cuba) debatirán en torno al tema oficial del encuentro elegido por el país anfitrión: "Fortalecimiento institucional para el desarrollo sostenible de las Américas".
Un total de 27 cancilleres asisten a la cita anual de máximo nivel de la OEA, entre ellos el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que hoy mantendrá una reunión bilateral con la responsable de Exteriores venezolana, Delcy Rodríguez, en los márgenes del encuentro.
Esta Asamblea de la OEA es una de las que más expectativas ha despertado en los últimos años, además de la que en 2009 anuló la suspensión de Cuba del ente, porque el secretario general, Luis Almagro, dio un paso sin precedentes dos semanas antes al pedir que se aplique la Carta Democrática a Venezuela.
Ese debate ha puesto todos los focos sobre la OEA, que el 23 de junio debatirá en su sede de Washington si prosigue con el proceso gradual de la Carta, que podría llevar a gestiones diplomáticas (18 votos de embajadores), a la convocatoria urgente de una reunión de cancilleres (24 votos de embajadores) y, en último lugar, a la suspensión de Venezuela del ente (24 votos de cancilleres).
Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), encabezados por Venezuela, anunciaron la semana pasada que aprovecharán la Asamblea para expresar su rechazo frontal a la aplicación de la Carta Democrática a Caracas.
Almagro, que en Washington había dicho que "no se entendería" que no se hablara del tema venezolano en esta Asamblea, dijo el domingo en la capital dominicana que este asunto debe quedar fuera del encuentro.
Sin embargo, el presidente dominicano, Danilo Medina, inauguró el lunes la Asamblea con un mensaje de apoyo a "toda iniciativa de diálogo en Venezuela", especialmente la que lideran la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero de España, Leonel Fernández de República Dominicana y Martín Torrijos de Panamá.
Medina abrió la cita continental en una ceremonia de gala en el Teatro Nacional de Santo Domingo junto a Almagro y a los cancilleres y altos representantes de los 34 Estados miembros.
El presidente dominicano, anfitrión del encuentro, también llamó a la Asamblea de la OEA a que "salde su deuda histórica" con su país y "apruebe una resolución de desagravio" por su "desempeño en la intervención estadounidense de 1965″.
El otro tema en el punto de mira es la CIDH, el órgano autónomo de derechos humanos de la OEA, que vive la peor crisis financiera de su historia y tendrá que despedir al 40 % de su personal (30 personas) en julio y suspender labores clave si no recibe antes del 15 de junio -último día de la Asamblea- los dos millones de dólares que le faltan este año para cumplir mínimamente con sus funciones.
En la nutrida agenda de la Asamblea destacan también la votación de la "Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas" después de 17 años de negociación, de un plan de acción para las personas afrodescendientes y de la "Declaración de Santo Domingo" sobre el tema oficial del encuentro.
Para la Asamblea, la cita anual de máximo nivel de la OEA, están acreditadas 1.609 personas: 352 delegados de los países miembros (entre ellos 27 cancilleres), 36 observadores permanentes con 92 delegados, 567 representantes de la sociedad civil, 43 organizaciones internacionales con 79 delegados, 29 representantes de empresas privadas y 305 periodistas internacionales y locales. EFE
2016-06-14