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Pese a que la banca es una entidad cuyo oficio siempre ha inspirado solidez, imponencia, elegancia y riqueza, hoy en día su esencia se ha visto opacada a causa de la crisis macroeconómica que envuelve al país y a medidas oficiales poco asertivas, según los expertos en la materia.
Anteriormente, para el venezolano de a pie, asistir a un telecajero o a la taquilla de estos recintos era sinónimo de rapidez, efectividad, y “subsistencia”. Sin embargo, durante 2016 los clientes reportaron lentitud, inoperatividad, y ausencia de efectivo en los servicios bancarios.
Ganancias palo abajo
El analista financiero y exjefe de División de Riesgo Cambiario del Banco Central de Venezuela, Orlando Zamora, indica que todos estos inconvenientes derivan de la inflación y la escasez de divisas.
Comenta que hasta el año pasado los bancos lograron mantener grandes márgenes de ganancias, dado que habían percibido bolívares que tenían gran poder de compra, la posibilidad de intermediar divisas y había suficientes comisiones.
Para el 2016, por el contrario, se produjo una contracción de 10% en la actividad económica de la banca y a raíz de ello inician sus inconvenientes de liquidez.
“Los márgenes de ganancia no son los mismos en términos de poder real de compra; es decir, en este año la banca sólo recibió dinero que no tiene el mismo valor que el que pudiera haber tenido en años anteriores, cuando la inflación era inferior”, explica.
El experto advierte que por este motivo han aumentado los costos de la banca, y además tomarán previsiones, dado que auguran que para el 2017 las ganancias serán mucho menores.
“Es por ello que para la banca lo más sensato, en aras de distanciar cualquier riesgo de insolvencia, fue reducir los llamados costos de transformación, es decir, disminución de los costos de nómina, de sistemas de computación y el cierre de agencias que eran muy importantes”, expone.
Cono monetario chucuto
Otra de las razones por las que la banca presenta inconvenientes referente a la disponibilidad de efectivo emana de lo corto que se ha quedado el cono monetario.
“El BCV ha rezagado y ralentizado la entrega de billetes de mayor denominación. Hoy en día apenas la décima parte del dinero que circula está convertido en billetes, el resto se moviliza en el sistema de computación mediante transferencias y tarjetas de débito”, revela Zamora.
Divisas en extinción
Toda la plataforma informática bancaria se cancela en moneda extranjera: la asistencia, los sistemas de pago, de débito y hasta los repuestos para los cajeros, se cancela en billetes verdes.
“El problema más grave de la banca es que no está percibiendo divisas para cancelar el mantenimiento de su sistemas de computación, y por eso es que se reducen los telecajeros”, argumenta la fuente.
Respecto al papel que actualmente juega el Cencoex y Simadi, el analista opina que es bastante insuficiente, puesto que sólo está otorgando 12 millones de dólares por tiempos muy largos, mientras que anteriormente el promedio diario era de 38 millones.
Corralitos
Para Zamora el llamado “corralito” es una expresión incorrecta y que no aplica a la realidad venezolana.
“Esa es una medida que aplican los gobiernos para evitar que la moneda local se convierta en dólar como forma de frenar el consumo, pero en este momento es una contradicción porque el gobierno hace todo lo contrario y fomenta el consumo”, alega.
Banca pública
En el caso de las entidades financieras públicas, éstas reciben subsidios de las inversiones del Estado, pero a pesar de ello su radiografía se muestra mucho más deteriorada que la privada.
El economista Jesús Casique apunta que siempre que la banca pública tiene problemas, el Gobierno central le aumenta el capital de acciones o le inyecta más recursos, pero últimamente todos esos mecanismos se vieron reducidos por la poca capacidad que tiene el Estado de asistir a estas instituciones financieras.
“Un claro ejemplo del diagnóstico de estos bancos fue cuando el Banco de Venezuela fue el primero en implementar límites en la entrega de depósitos, lo hizo porque tiene dificultades para poder cumplir, a pesar de ser el primer banco en recibir las captaciones del manejo de los enormes recursos del Estado”, citó.
En esta misma línea trajo a colación el estatus del Banco del Tesoro que fue fundado para extraer los recursos gubernamentales del BCV, a fin de depositarlos en éste.
Hoy por hoy, aclara Casique, el banco no posee un servicio público abierto y tiene muy pocas agencias sucursales.
“Lo mismo sucede con el banco de la Fanb. Es un banco que mueve muy poco porque trabaja con los recursos excedentarios de los integrantes del Ministerio de la Defensa; además es un banco con muy poca actividad porque está sobredimensionado. Para la necesidad de la Fanb no hace falta un banco universal”, asegura.
En ese “combo” de entidades públicas desgastadas, Casique incluye al Banco Bicentenario, pues nació de la fusión de bancos que tenían carteras deterioradas, y además se sobredimensionó y absorbió a otros bancos sin respaldo económico alguno.
Ambos especialistas concluyen que no existe posibilidad de comparación entre el dominio de la banca pública y la de la privada.
“A duras penas”, manifiesta Orlando Zamora, el único banco que podría compararse es el Banco de Venezuela, porque lo obligaron a masificar sus servicios y a convertirse en el primer banco nacional en activos, en captaciones de depósitos, inversiones, y manejo de depósitos públicos.
Aun así, ambos pronostican que el sistema financiero se las verá duras en 2017, pero la banca pública está menos preparada para afrontar lo que viene.
83% ha aumentado la impresión de dinero inorgánico desde agosto hasta la fecha actual. Este porcentaje equivale a 8 billones de liquidez monetaria, según señala el analista financiero Orlando Zamora.
Gasto público se soporta en la liberación de encaje
Un mecanismo que utiliza el Estado para financiar su gasto público es la venta de bonos a las entidades bancarias.
El analista Orlando Zamora comenta que, en vista de que el Gobierno central estimula el gasto económico, se ve obligado a emitir bonos y vendérselos a los bancos.
“El banco no tiene miedo ante un incumplimiento de pago, porque el Gobierno siempre va a honrar el pago de los bonos. Es más, eso hace que la cartera de ingresos por inversiones de los bancos mejorara notablemente”, explica el experto.
Por otra parte, subraya que el Gobierno insiste en su política de obtener fondos a través de los bancos mediante una política económica llamada “encaje bancario”.
Zamora expone que el Banco Central de Venezuela (BCV) utiliza este instrumento para obligar a que el banco mantenga en caja un porcentaje importante de todo lo que ellos dan en crédito.
“Por ejemplo, si aprueban un crédito de 100 deben tener un encaje de 20,5. Esto es con la finalidad de garantizar los créditos, pero en esencia lo que busca es evitar que esos fondos sean retirados de la actividad económica y no presionen la inflación”, relató.
El experto comenta que el encaje estaba bastante alto, pero el presidente Maduro anunció hace poco en cadena nacional que le había solicitado a la Sudeban reducir el encaje bancario 5 puntos, ya que esto iba a significar 550 mil millones de bolívares que quedaban liberados.
“Si el Estado tiene un encaje de 20,5 y obliga a reducir 5 puntos de encaje, por lo menos Bs. 500 mil ya no tienen que estar depositados en los bancos y podrían ser utilizados por el Gobierno”, dijo.
En suma, el especialista señala que con esas medidas, el Estado obliga a que esa cantidad “liberada” se utilice para comprarle bonos, de modo que termina convirtiéndose en un mecanismo de financiamiento para el gasto social iniciado en los años 2011 y 2012. Ejemplifica con el caso de la Gmvv, cuyos recursos se obtuvieron vía liberación de encaje.
“Recuerdo que en total fue una cifra de Bs. 26 mil millones”, finalizó.
Nacionalización "a juro"
Entre 2007 y 2010 se acentúa la radicalización del modelo socialista que, entre otras cosas, implicó la ampliación de la presencia del Estado en el sistema financiero mediante intervenciones, compra de bancos y creación de nuevas entidades.
El ejemplo más palpable de ese “fenómeno” fue el sorpresivo anuncio sobre la compra del Banco de Venezuela. En cadena nacional, Hugo Chávez informó que ese banco sería estatizado. “Yo estoy interesado en comprar y vamos a nacionalizarlo… Lo recuperaremos en servicio de los venezolanos”, dijo.
Acto seguido, lo intervino y evitó la adquisición por parte del Banco Occidental de Descuento. Para ese momento, el BOD había cancelado $150 millones al Grupo Santander como aras para compra.
Ese monto nunca fue devuelto al grupo financiero venezolano y ha permanecido en litigio en diferentes tribunales españoles. La compra del BDV hubiera convertido al BOD en la institución financiera más grande del país y le hubiera evitado a Banvenez el colapso que apunta el economista Jesús Casique.
El 22-05-2008 se firmó el acuerdo de compra entre el Gobierno venezolano y el Grupo Santander por $1.050 millones , pero no fue sino a partir del 3 de julio de 2009 que el Banco de Venezuela pasó a manos del Gobierno.
Otro “zarpazo”
Orlando Zamora, especialista en asuntos financieros, asegura que las nóminas estatales arrebatas a los bancos privados representaron un impacto importante (sobretodo para Banesco que tenía toda la nómina militar, y fue desplazada al Banco de Venezuela), pues les quitó dinero en efectivo.
“Decisiones como esas terminan restando a los bancos del sector privado, pero ellos se prepararon, tomaron sus medidas, y no se vieron tan afectados por la pérdida de ese capital”, aseveró.
2016-12-06