El déficit fiscal en Venezuela, que se crea por la diferencia entre los ingresos y los egresos de la nación, sumará 20,2 millardos de dólares al cierre de 2015, según cálculos del Bank of América Merrill Lynch.
En su más reciente publicación, El libro rojo, el banco estadounidense advierte que el país ha registrado un descenso de 43,1 millardos de dólares en los ingresos petroleros en los últimos 2 años. “El ajuste en las importaciones de bienes y servicios, la disminución de los envíos a Petrocaribe y la salida de capitales implicarán un recorte de 31,7 millardos de dólares para finales de 2015”, dice.
Sin embargo, el informe señala que con todo y este recorte Venezuela tendrá que financiar una brecha de 14,1 millardos de dólares, cifra que representa un incremento importante si se compara con los últimos 2 años. “Si no se realizan más recortes en las importaciones y se efectúan otros ajustes, el país necesitará 20,2 millardos de dólares en fondos cada año para poder financiar esta brecha”. Añade que si bien el país puede sostenerse por 2 años, este rumbo económico resulta “claramente insostenible”.
Caída importaciones
A pesar de que no existen cifras oficiales del Banco Central de Venezuela, Bank of America se basa en las exportaciones de otros países para determinar cuánto han caído las importaciones en Venezuela. Indica que en los primeros cuatro meses de 2015 las compras externas descendieron 9,1% con respecto al mismo período de 2014.
Agrega que si solo se concentran en la caída experimentada en abril pasado, el resultado es que el descenso fue de 24,1% en los últimos doce meses. El documento también refiere que entre los meses de enero y abril de 2014, las importaciones bajaron 40,6% con relación a igual período de los tres años anteriores. “Si se mantiene esta tasa de contracción en las importaciones por lo que queda de 2015, Venezuela podría llevar a cabo una de las reducciones en compras externas más grande de la historia”.
La firma sostiene que la decisión del gobierno de hacer el recorte por cantidades de bienes en vez de ajustar los precios, está provocando un incremento en el costo social. “No negamos que de este modo se sostiene la capacidad de pago de las obligaciones del servicio de deuda externa”./De la periodista