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El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, aseguró este viernes en una rueda de prensa que los actos violentos han sido originados por el Gobierno nacional "aunque pretenden decir que no" y dijo que "todo lo que está pasando es producto de las decisiones de Nicolás Maduro".
"A pocas horas de los que significó ayer esa violencia desatada en Caracas y multiplicada, queremos hacer un llamado a la paz", dijo en sus declaraciones.
Aseguró que el camino para lograr la paz en el país son activando las elecciones que están pendiente en el país "el único camino a la paz hoy es el voto" y pidió al mandatario nacional a no temer al pueblo venezolano.
"El Gobierno no solo tiene en sus manos el poder y la violencia, sino que tiene el poder para que cese junto con el miedo", señaló y dijo que "se trata de un Gobierno que está buscando reprimir a un pueblo que quiere votar lo único que queremos es la libertad del voto".
Rechazó las acusaciones del Gobierno que incriminan a la oposición con los destrozos y asesinatos. "Está criminalizando a la oposición".
Acusaciones mutuas
La Fiscalía confirmó además el fallecimiento, en la noche del jueves, de un hombre en el popular barrio Petare, este de Caracas, según la alcaldía local ocurrida en una protesta, con lo que suman 20 las víctimas mortales desde que iniciaron las manifestaciones el 1 de abril.
El gobierno y la oposición se responsabilizan mutuamente del desborde de la violencia, que deja además cientos de detenidos y heridos.
Según el gobierno, bandas armadas "contratadas por la oposición" atacaron el hospital materno infantil, pero sus adversarios sostienen que el desalojo se debió a los gases lanzados por la policía militarizada para controlar los disturbios.
Jorge Rodríguez, el oficialista alcalde del municipio Libertador, el mayor de Caracas, tildó a dirigentes opositores de "bestias sedientas de sangre", al asegurar que pasaron a "una etapa de terrorismo puro y simple". "Querían quemar vivos a niños y niñas", afirmó.
El vicepresidente Tareck El Aissami dijo que estaba en marcha "una espiral terrorista" para propiciar un "golpe de Estado".
Pero el líder opositor Henrique Capriles responsabilizó "a la cúpula madurista, con sus esbirros, con sus grupos paramilitares", por ordenar "una represión salvaje".
"La violencia la ha sembrado el gobierno. No puede venir ahora a escurrir su responsabilidad. ¿Cual es la solución? el voto", declaró el jefe parlamentario opositor, Julio Borges.
Tensión y preocupación mundial
Los enfrentamientos y desórdenes han ocurrido en el marco de masivas protestas opositoras que exigen elecciones generales.
La alta tensión en Venezuela despertó inquietud internacional. Once naciones latinoamericanas, la Unión Europea y Naciones Unidas pidieron al gobierno venezolano garantizar las protestas pacíficas.
Estados Unidos y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien tilda a Maduro de "dictador", han lanzado duras advertencias al gobierno chavista, al que acusan de "represor".
"La violencia en Venezuela es alentada por Almagro y los gobiernos alineados con planes intervencionistas del departamento de Estado de Estados Unidos", dijo la canciller Delcy Rodríguez.
La protesta sigue
Las protestas se desataron luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se adjudicara las funciones del Parlamento, único poder público controlado por la oposición. La presión internacional llevó a la anulación parcial de los fallos.
Maduro, cuyo mandato termina en 2019, asegura que la "derecha extremista venezolana" busca derrocarlo con el apoyo de Estados Unidos; pero la oposición insiste en que quiere sacarlo del poder por la vía electoral.
Las elecciones de gobernadores debieron realizarse en 2016, pero fueron suspendidas y aún no tienen fecha, las de alcaldes están pautadas para este año y las presidenciales para diciembre de 2018.
Aunque Maduro dice estar ansioso por medirse en elecciones, ha descartado un adelanto de las presidenciales y le pide a sus adversarios dialogar y abandonar "la agenda golpista".
Según encuestas, siete de cada diez venezolanos reprueban al gobierno, asfixiados por una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que el FMI estima en 720,5% este año, la más alta del mundo.
Manteniendo la presión, la oposición convocó para el sábado a una "marcha del silencio" hacia las sedes de la Conferencia Episcopal y para el lunes a un "trancón nacional", un bloqueo de vías.
2017-04-21