Jesús M. Gambús| Reymar Reyes Moncayo |[email protected]
Todo entusiasmo fue el proceso constituyente que se abrió en 1999, poco después de la llegada del presidente Hugo Chávez a Miraflores. De aquellas largas jornadas de reflexión en el Legislativo surgió la Carta Magna, que sería aprobada más adelante en un referendo.
A 17 años de aquel momento histórico, el común de los venezolanos se pregunta cuán efectivo es el librito azul que agita frecuentemente la dirigencia política y los funcionarios del Estado, para superar la emergencia nacional.
La exmagistrada del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Blanca Rosa Mármol de León, no cree que la Carta Magna sea una medicina para destrabar la crisis institucional que atraviesa Venezuela.
De plano ve con precisión las fallas del texto en la tendencia presidencialista de la Carta Magna, un reclamo heredado de los gobiernos que se suceden tras la historia venezolana.
"Debe existir un mayor control sobre las potestades del Presidente. Deben ser moderadas", sostiene y expresa tajantemente que el nacimiento de la Constitución "pretendía cambiar los lineamientos de la República (…) “y el Presidente ha hecho lo que le ha dado la gana".
En sus reparos a la vieja tendencia presidencialista , la exfuncionaria sostiene que pese a que el presidente tiene sus facultades constitucionalmente establecidas "ha incurrido en prácticas que perjudican a la democracia representativa al acudir a los estados de excepción y emitir decretos leyes que le corresponden a la Asamblea Nacional, causando además una grave alteración del orden democrático".
Otra constitución
Las múltiples interpretaciones que se hacen terminan desvirtuando un texto que solo en escasas circunstancias es necesa- rio interpretar, subraya la magistrada.
"La Sala Constitucional interpreta permanentemente las leyes, por lo que se ha creado otra Constitución".
En este sentido, destacó que se crean afirmaciones y negaciones que no están en la Constitución, pero que a pesar de esto, una vez que lo dicta la Sala Constitucional no se tiene otro recurso a dónde acudir.
De acuerdo con la exmagistrada, la Asamblea Nacional representa el ente alternativo para hacer cumplir la transparencia de los cargos que se ocupan en la Sala Constitucional.
Por eso, considera afianzar una Asamblea Constituyente en vista de que en el país se hizo borrosa la división de los poderes.
Comparte además sus propuestas de que se debe eliminar la reelección presidencial indefinida, recuperar la figura del Senado y establecer una doble vuelta electoral.
Sobre el regreso a la bicámara a los predios del Hemiciclo, la jurista ve oportuno y necesario la recuperación del Senado de la República, como una forma legítima de ampliar la representatividad del ciudadano.
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2016-06-11