Rubens Yanes / 2001.com.ve
El reciente impasse entre los dos países ocurre a pocas semanas de un profundo cambio político en el vecino país, donde el PPP, partido de izquierda, perdió las elecciones tras 23 años en el poder.
Una coalición multirracial de seis partidos llevó a la presidencia del vecino país a David Granger, un ex general del ejército con estudios de historia, y a su compañero de fórmula, Moses Nagamootoo – quien asumió como Primer Ministro.
El gran perdedor de las elecciones fue el PPP, partido que estuvo más de dos décadas años en el poder, y el derrotado presidente, Donald Ramotar (2011-2015).
El PPP fue fundado en 1950 y durante sus primeros años fue identificado como un partido marxista-leninista. En 1992 asumió de nuevo el poder y abandonó sus raíces radicales, para plegarse a los principios de la social democracia.
Ramotar fue derrotado por Granger, tras haber sido suspendido del parlamento en noviembre, para evitar un voto de censura en su contra. Su gobierno había sido calificado de corrupto y nepotista, al poner un freno al crecimiento económico del país, impulsado por los sectores de diamantes, bauxita y oro, según reseñó la agencia Reuters.
Guyana y Chávez
El ex presidente Ramotar mantuvo excelente relaciones con el presidente Hugo Chávez. En enero de 2014, en una reunión de la Celac le recordó como impulsor de la organización y declaró: “Él (Chávez) llevó este sueño a una realidad y por eso estamos aquí reunidos, a él quiero darle mi más sincero agradecimiento”.
Desde que Ramotar asumió la presidencia hubo señales claras de acercamiento entre ambos líderes. Guyana ofreció su apoyo a Chávez para impulsar iniciativas como la Celac y la Unasur, como queda demostrado en misiva firmada por el presidente guyanés por el 201° aniversario de nuestra independencia:
“Guyana mantiene su compromiso de colaborar con Venezuela en la Unión de las Naciones Suramericanas para la promoción de la paz y la seguridad del continente sudamericano y el progreso económico y social de sus pueblos.”
Ramotar llegó a sentir sincera admiración por el presidente venezolano. A propósito de su operación en Cuba, el presidente guyanés llegó a escribirle: “Usted es una inspiración para los amantes de la paz y la libertad en todo el mundo”.
En abril de 2015, aún siendo presidente, Ramotar visitó junto a su comitiva el buque de exploración de la Exxon Mobil Deepwater Champion, estacionado en aguas del Esequibo, según reseñó la agencia guyanesa Gina. En el cable de la agencia se registraba que la nave estaba allí desde el 5 de marzo.
Los primeros cien días de Granger
Pero las cosas cambiaron en Guyana y los cambios parecen haber afectado las relaciones con Venezuela.
La más reciente crisis entre los dos países estalló dentro de los primeros cien días de gobierno de la nueva coalición gobernante, conocida por el acrónimo en inglés APNU+AFC, que resume su ideal: “una coalición por la unidad nacional + una alianza por el cambio”.
Sus políticas buscan un viraje de la realidad del vecino país en lo político y en lo económico.
Granger, el nuevo presidente guyanés, es un general del ejército que viene de ocupar el más alto rango del ejército de ese país.
Nacido en Georgetown, fue entrenado en Inglaterra, Nigeria y Brasil. Es un militar exitoso, pero también un académico de las artes marciales, que ha publicado numerosos trabajos sobre defensa e historia de Guyana. De hecho, cursó estudios formales de historia y es miembro de la Sociedad de Historia del vecino país.
Granger aparentemente ha sido electo por su llamado a la unidad, al progreso y la justicia. Su ideal se resume en un documento titulado Manifesto, donde expresa que la coalición busca “reemplazar la hostilidad política con la unidad; la confrontación con la cooperación; la dictadura con la democracia”.
Sus planes para los primeros cien días incluyen una reforma impositiva para reducir los impuestos, incrementos salariales, establecer una comisión para reforma constitucional y emitir leyes antiblanqueo.
Fortalecer el sistema educativo y de seguridad social, fortalecer la democracia y desarrollar una política de energía sustentable se cuenta entre los objetivos de mediano plazo. Para ello cuentan con el desarrollo de nuevas alianzas como la ya firmada con Exxon Mobil.
El plan de gobierno de la APNU+AFCestablece entre sus prioridades “invitar a compañías petroleras internacionales a intensificar su exploración y esfuerzos de desarrollo, a fin de poder explotar nuestro gran potencial de recursos fósiles”.