Odell López Escote
En la reciente campaña electoral las organizaciones políticas se dieron con todo. Particularmente el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) junto al Gobierno emprendieron varias estrategias que no solo le atribuían ventaja, sino que además ponían en tres y dos a la MUD.
De los siete días a la semana, en al menos tres, los representantes del oficialismo llamaban a su militancia a conformar las listas de 1×10 para que cada psuvista llevara a 10 personas a votar, sin embargo, al comparar este proceso con las presidenciales de 2013, donde también el Psuv impulsó esta estrategia, el oficialismo recibió, 1 millón 988 mil 554 de votos menos.
Además de las tres apariciones en cámaras semanales, el oficialismo también tuvo a su disposición las señales de VTV, Globovisión, Venevisión y hasta Televen, las televisoras con mayor alcance del país en las que hasta un programa final se le hizo al Psuv.
Las escaramuzas tampoco faltaron. Tiros, capuchas y escopetas de presuntos militantes rojitos se dejaron ver durante una caravana de Primero Justicia en Petare. El escándalo fue protagonista. Sobre ese mismo municipio continuó la presión, pues el presidente Nicolás Maduro amenazó a su alcalde, Carlos Ocariz (PJ), por salir constantemente del país a tratar la leucemia de su hijo. Posteriormente vino la detención del jefe de Polisucre, Manuel Furelos.
La tarjeta de MinUnidad fue otra estrategia, según la MUD, para desviar el voto opositor. Justo al lado de la alianza, en el tarjetón, no restó lo suficiente.
El cambio de las circuitos afectó al Psuv. Un sistema ideado por el chavismo fue su "espada de damocles". También se autoperjudicaron al eliminar la elección del Parlatino. Ahora será mayoría azulita.
2015-12-09