Jesús M. Gambús | [email protected]
Si Venezuela estuviese tendida en un diván de consulta de un psicoanalista en este momento, quizá se mostrara reacia a comentar sus vivencias del 11 de abril de 2002.
Es probable que en algún momento de contrariedad, se levantara de su sitio y haría lo que la mayoría de los que van a consulta hacen: preguntarse qué están haciendo allí, si tienen cosas más importantes que hacer.
Como si Venezuela hubiese ido a consulta con otros profesionales, historiadores, sociólogos, analistas y periodistas, gente de todas las especialidades le recomendarían que de una buena vez, resuelva sus traumas por el bien de todos.
Inolvidable
No hay fecha en la historia reciente del país que tenga tantos protagonistas como los tres días que se sumaron a aquel 11 de abril de 2002, que hoy, a catorce años de su paso, insiste en marcar diferencias y distancias entre los venezolanos.
La brecha en el tiempo se ve y se revisa con tantas pasiones de por medio que, resulta casi imposible apartar el grano de la paja.
La Comisión Nacional de la Verdad como tal, la aprobada en la Mesa de Negociaciones y Acuerdos presidida por el secretario general de la OEA el 29 de mayo de 2003 nunca se consolidó.
A falta de investigaciones y conclusiones sobre los hechos de abril, la verdad, como dice la vieja frase, ha sido la primera víctima de esa guerra que siguen sosteniendo dos bandos desde otras posiciones, por lo que, algunos han propuesto que se conforme una “verdadera Comisión de la Verdad”.
Golpe o vacío
¿Cómo calificar lo ocurrido?, ¿golpe de Estado?, ¿vacío de Poder? ¿Los dos en simultáneo? Los juicios emitidos en las largas interpelaciones que se sucedieron en la Asamblea Nacional tras la restitución del presidente Hugo Chávez Frías en el Palacio de Miraflores se abrazaron a esos criterios que, de una u otra forma, quitaban o minimizaban cargas a las responsabilidades de los diferentes actores.
Las fuerzas
El fantasma del 11 de abril sigue rondando en el país, unas veces de manera espontánea, otras invocado por políticos y analistas sobre el caso.
Con las vueltas que da la vida, las fuerzas que se midieron en la calle en aquel entonces, nuevamente flexionan los músculos . El Gobierno y el partido oficial, el Psuv, alertan ante otro escenario parecido con el replanteamiento político que se dio el seis de diciembre pasado, con el triunfo de los candidatos de la Mesa de la Unidad.
Los factores opositores subrayan que sus métodos son democráticos, apegados al hilo constitucional y que la palabra golpe donde se cita es en el entorno del Gobierno.
Abriles
Los abriles siguientes a los de 2002 se viven como una especie de pasión, muerte y resurrección del presidente. La épica oficial contada miles de veces se pinta con tonos sombríos en los capítulos iniciales para alcanzar un colorido casi de gloria con la salida apurada de los firmantes del decreto de disolución de poderes, y la llegada de los partidarios del mandatario, en espera de su regreso a Palacio.
La misma epopeya se cuenta en La Revolución no será televisada, el recuento de aquel día que a través de los medios se vivió en dos pantallas, una con la cadena presidencial de Chávez y otra con las imágenes reducidas de la lluvia de disparos que de lado y lado iban segando vidas en la avenida Baralt, entre ellas la de nuestro compañero de labores, el fotógrafo Jorge Tortosa.
La cual aceptó
Los tres días de abril se cuentan de otra forma en los sectores adversos a la "revolución del siglo XXI". El entusiasmo que generó el pronunciamiento del Alto Mando Militar con una renuncia del jefe del Estado, "la cual aceptó" quedó sumido en un gran silencio, sin los cacerolazos de rigor.
Sin motor petrolero
La página del 11A, la que no se pasa, sirvió en bandeja al presidente Chávez la reestructuración de los cuadros militares y el reparto de facturas en la primera industria del país.
Los días sucesivos, hijos del 11 de abril de 2002, moverían más tarde la cúpula directiva de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y en el meneo del árbol comenzó la poda del personal más calificado de la industria, dando pie otras fechas no menos tumultuosas, que como aquellas que hoy se aprecian con el color del cristal con que se mire, mejor dicho según su punto de vista.
2016-04-11