Jesús M. Gambús
En una ocasión, Roy Chaderton, a la sazón, canciller de la República se reunió con su colega Juan Francisco Contreras para escuchar sus consideraciones sobre diversos temas afines afines a su profesión. Lo que parecía un acercamiento entre el Gobierno y la parte académica para blindar a la política exterior venezolana ante los desafíos en la agenda, solo quedó en buenas intenciones.
La anécdota vale para entender cómo el Gobierno le cerró la puerta a los profesionales de carrera, forjados en las aulas universitarias, post grados, en el dominio de lenguas extranjeras, en protocolo, negociación, derecho internacional, para darle paso a diplomáticos improvisados y comprometidos ideológicamente.
Juan Francisco Contreras, presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela ve con cierto desconsuelo el incumplimiento de la Ley de Servicio Exterior de 1962, que procuraba una preparación estricta y cuenta, como muchos colegas laboran hoy como taxistas, vendedores y otros oficios.
Al examinar las fisuras del servicio exterior venezolano, Contreras pone su atención en la reclamación esequiva en Guyana, uno de sus retos más inmediatos.
Las consecuencias de la improvisación son muy negativas. Guyana tiene funcionarios instruídos en Oxford, en Cambridge y otras prestigiosas universidades y por más de 20 años han manejado las negociaciones .
Son gente que conoce el tema y están aprovechando las circunstancias políticas del país, para avanzar en sus intereses.
“Los guyaneses han sido muy eficientes en Naciones Unidas pra tratar de eliminar la figura de la facilitación a fin de resolver el deferendo en una corte internacional, mientras que el Gobierno no ha hecho más que repetir que el sol de Venezuela nace en el Esequibo”, apunta el diplomático.
Por si fuese poco, hay más elementos negativos en torno al tema aportados por el propio Ejecutivo, resalta Contreras al recordar las declaraciones de 2007- 2008, del entonces presidente Hugo Chávez.
Asegura el presidente de Colegio de Internacionalistas, que el mandatario llegó a asegurar que la reclamación venezolana del Esequibo, respondía a los intereses de Estados Unidos, en atacar al gobierno guyanés de la época que era de supuesto corte socialista.
Para el diplomático, lo dicho por el presidente Chávez desvirtuó todo lo que ha sido la reclamación histórica venezolana y los logros que representaron sentar a los delegados de Gran Bretaña en la mesa de negociación, para firmar el Acuerdo de Ginebra.
Pekín y Moscú son puro interés
El diplomático Juan Francisco Contreras no está convencido de que China y Rusia, los dos aliados del gobierno de Nicolás Maduro en sus diferencias con el resto de la comunidad internacional sean tan sustentables.
Hay un factor económico que prevalece al ideológico, lo que contradice la impresión que se tiene desde el gobierno de que se trata de un encuentro de militantes de una causa.
Por lo pronto, Pekín y Moscú le dan la razón al gobierno de Nicolás Maduro, salvando los intereses económicos y políticos que los hermanan por las circunstancias de los negocios.
Ambos se han convertido en importantes aliados políticos y económicos de Venezuela, pues Caracas es el principal destino de las inversiones energéticas del país “dragón” y el segundo socio comercial de Rusia en la región.
Mientras, Maduro agrega un nuevo aliado; India. “Rusia, China y la India son nuestros3 grandes amigos que tenemos en el mundo y los 3 grandes socios que se vislumbran en todo el siglo XXI y más allá”, dijo.
Geopolítica incomprensible
Juan Francisco Contreras ve poca capacidad de maniobra del presidente Nicolas Maduro ante la lluvia de críticas internacionales a sus actuaciones . Resalta como una muestra de la poca movilidad, la reciente reunión del mandatario con representantes de gobiernos musulmanes en Kazajistán, cuando el propio Maduro había anunciado su presencia en Ginebra, en el marco de la la cita de los Derechos Humanos. “¿Dónde está Kazajistán?”, se preguntarán muchos venezolanos, resaltó Contreras.
Elefantes blancos
Contreras ve como “elefantes blancos” al Alba, el Celac y Unasur, tres de los foros a los que el gobierno de Maduro tiene en alta estima. Su razón de ser es político, burocrático y solo persiguen restarle protagonismo a la OEA, y sacar a EEUU y Canadá de la alianza.
2017-09-30