César Mijares | [email protected]
En casas improvisadas elaboradas en madera y cartón, otras con bloques y divisiones con cobijas, techos con goteras, cloacas y desagües hechos por ellos mismos e inundaciones cuando llueve, viven las 150 familias que tomaron hace diez años la antigua empresa textilera Tejidos Nailon, en la avenida principal de La Yaguara, lugar que estaba abandonado al dejar de funcionar luiego de un incendio que dejó la estructura inútil
Las familias, compuestas por al menos 300 niños, 10 mujeres embarazadas y 4 personas de la tercera edad, que en su mayoría vivían en hacinamiento, provienen de diversos sectores de Caracas como Carapita, Antímano, Petare y comunidades aledañas quienes en el 2006, decidieron habitar en el galpón de dos pisos, que además continúa no apto para ser habitado y con un agua potable que no es apta para el consumo humano.
Sofía de Angulo, habitante del lugar, pidió ayuda a los entes gubernamentales, a pesar de que asegura tener cuatro informes emitidos por Protección Civil, Bomberos de Caracas, Control Urbano y alcaldía de Caracas, donde se confirma que el sitio no es habitable “queremos viviendas dignas o un terreno donde podamos construir, no queremos que nos regalen las casas porque podemos pagarlas, pero que nos ayuden a solucionar”, exclamó.
Agregaron los vecinos del lugar que las autoridades están al tanto de las condiciones, y que han sido evaluados en varias oportunidades, el galpón continúa en alto riesgo y a pesar de que los habitantes dicen estar inscritos en la Misión Vivienda, hicieron hincapié en que no han recibido ayuda o respuesta alguna por el gobierno del presidente Nicolás Maduro, a quien le piden que se aboque a dar una solución pronta.
Por estar en condición de invasores, los habitantes del galpón no tienen acceso a las bolsas de comida, no han conformado los Clap y no los dejan crear consejos comunales, razón por la que no se alimentan bien, además denuncian que los niños tienen enfermedades de la piel, abundan los roedores e insectos.
Angélica Pernalete, quien lleva seis años en el sitio, asegura que hace al menos dos meses, un consejo comunal cercano les vendió 90 bolsas de comida que les sobraron, y hace dos semanas, al menos 40 recibieron comida, esta vez, los que quedaron como rezagados en la primera oportunidad.
Llegaron 72 y fueron creciendo
Al momento de tomar el sitio, era un total de 72 familias, sin embargo, dentro del mismo refugio, la cantidad ha incrementado, creándose nuevas familias que componen el número actual. Los habitantes califican como ranchos a los espacios donde viven, y en algunas zonas de la estructura, hay filtración lo que ha provocado que caigan ciertos pedazos, en oportunidades, encima de ellos.
En el primer piso, hay una estructura que se derrumbó a medias, debajo, hay cuatro familias que aseguran no tener a donde ir, están en alto riesgo y explican que temen por su integridad, ya que debido a las lluvias ha ido cediendo la estructura “vivimos en unas condiciones bastante grave. Nos han caído los pedazos de placa encima”, dijo Karen Rodríguez, una de las afectadas.
FOTOS: Wladimir Campos
2016-09-14