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Luis Manuel Miquilena Hernández, nacido en Coro, en 1919, y fallecido a sus 96 años en Caracas, el 24 de noviembre de 2016. Su nombre es conocido porque estuvo siempre en contra del puntofijismo propiciado por Rómulo Betancourt en su momento. Pero lo que lo define es su cercanía con el expresidente Chávez. Fue su más cercano asesor político, quien le llamó farsante.
La mano izquierda de Chávez
Todos sabemos que Chávez era zurdo, por eso Miquilena no podía ser otra cosa que su mano izquierda. Chávez fue uno de sus tantos trampolines. Su despegue como asesor político sucedió de la mano del "Comandante". Era nada más y nada menos que el asesor político del hombre que "estaba de moda en Venezuela" en 2002. Miquilena realmente confiaba en este hombre y en sus ideas, porque “le creía un hombre verdaderamente sincero”.
Desde asesoría de imagen hasta estrategias políticas y de comunicación, los discursos, las movidas, las jugadas políticas; todo, todito, todo no salía a la luz pública sin antes pasar por el ojo del huracán: casi casi nada salía sin la aprobación del don. todo era ideado por don Miquilena. Para decirlo en criollo: era quien le cuidaba a Chávez hasta la forma de caminar. Y no es para menos. Chávez confiaba en él y viceversa. Juntos se creían un dúo dinámico, una combinación perfecta de ideologías y accionar político.
El hombre que llamó farsante a Chávez
Pero su sinergia de otro planeta, no les duraría mucho que digamos. Tiempo después, don Miquilena comenzó a sospechar de Chávez. Sus ideas ya no le emboban tanto como al principio: comenzaron a diferir, y ahí comenzó la cosa. Al final del día, aseguró que, para él "Chavez fue un farsante siempre" y decía estar arrepentido de haberle creído.
Tiempo después, el asesor político del "Comandante" admitiría que cuando notó las verdaderas intenciones de Hugo, se le pasó el encanto. Se le fue la magia. Cuando él vio por donde venía esos tiros, se alejó del hombre. Eso es lo que él comentó en 2015, durante una entrevista concedida a un diario de circulación nacional.
En esta misma entrevista, con el escritor Leonardo Padrón, Miquilena recordó que, durante los hechos ocurridos el 11 de abril de 2002, Chávez le pidió que regresara a su cargo porque tanto militares como civiles lo habían defendido. A lo que Miquilena le respondió: “Tú deberías agradecer y ponerle una estatua a Carmona Estanga, por la cantidad de disparates que cometió con los torpes que lo asesoraron”.
“Tú estabas tumbado… Carmona Estanga te abrió la posibilidad de que regresaras”, aseveró.
Ministro de Interior y Justicia
El cargo no le duró Mucho. Al parecer no le gustó el "guiso". Cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia de la República, en el año 1999, Luis Miquilena se convirtió nada más y nada menos que en su flamante Ministro de Interior y Justicia. Cargo que sólo tendría por tres meses. Posteriormente ganó como constituyentista y quedó como presidente de la Asamblea Constituyente de Venezuela en el mismo año.
Durante los hechos del 11 de abril, Miquilena tuvo una postura muy crítica cotra Chávez y poco a poco se fue alejando hasta que mostró su verdadero rostro de cara a la reforma constitucional que apadrinaba Chávez en el año 2007.
Politiquero desde chamito
A Don Miquilena siempre le gustó al politiquería y el juego de las ideologías. Su interés por el mundo de la vida pública y la política, inició cuando a penas tenía 14 años. Mientras otros pensaban en trompos, perinolas y metras, él se metía en política. Pareciera que lo llevó en la sangre desde siempre, que nació con ese "no sé qué" que te hace estar aquí y allá, bailoteando en el mundo de las cámaras y la politiquería.
A muy corta edad perteneció al Partido Comunista, luego se divorció de este partido para irse a coquetear con las ideas de Rómulo Gallegos, en el año 1948. De esta manera, se unió al Partido revolucionario del proletariado (PRP).
Estuvo también enfrentando la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, y una vez que cayó este último, se convirtió en diputado del Congredo de la República de Venezuela.
2016-11-24