AFP
Bismary llegó a la fila del Banco Central de Venezuela (BCV) en Caracas a las cuatro de la madrugada de este sábado con 100.000 bolívares en billetes de 100 para canjearlos. A mediodía, aún estaba lejos de la entrada y desconsolada.
Miles de venezolanos han tenido que acudir al BCV luego de que el presidente Nicolás Maduro ordenó sacar de circulación hace menos de una semana los billetes de 100 bolívares -el de mayor valor y circulación del país, que equivale a 0,15 dólares a la tasa oficial más alta-, para golpear a mafias que asegura los acaparan en la frontera con Colombia para destruir la economía del país.
"Desde anoche que salí ando con mi niña muerta del hambre, no tengo dinero y no me están aceptando en ningún lado los billetes de 100″, relata Bismary Rivero, un ama de casa de 39 años que viajó 450 km desde Punta de Mata, en el estado oriental de Monagas.
Maduro dio primero un plazo de 72 horas para depositar los billetes en las bancos públicos y privadas, pero fue insuficiente. Desde el viernes sólo se puede hacer en el BCV. La desesperación de la gente aumentó pues el presidente acortó de diez a cinco días el proceso de canje de la moneda.
"Cuando me dijeron que el presidente solo dio cinco días y que ya no iban a recibir más dinero en los bancos casi me dio un infarto", cuenta Bismary, quien dijo haber llegado a Caracas en un autobús que el gobierno dispuso para trasladar a quienes acudirían este sábado a una marcha gubernamental.
La angustia y la rabia contenida de esta madre soltera comenzaba a aflorar. Tenía a su hija de 9 años tomada de la mano y, contra su pecho, un bolso escolar donde llevaba el único dinero que tiene y espera cambiar.
Para peor, los nuevos billetes, el más alto de 20.000 bolívares, aún no salen a la calle, por lo que la gente entrega su dinero en denominaciones de 100 y el BCV se lo deposita en sus cuentas bancarias, de donde lo retiran -cuando hay efectivo- en fajos de 10, 20 o 50 bolívares. Toda una incomodidad en un país con inflación de tres dígitos.
Según anunció Maduro, el BCV dispondrá de 150 taquillas que trabajarán las 24 horas para agilizar el canje de los billetes de 100, y se daría prioridad a las personas mayores. Pero en las largas filas, que fueron fraccionadas por cuadras, no había distinciones y el avance era lento.
"Todavía no he pasado, iré a dormir en la calle. Hay personas que se han devuelto porque no les han cambiado el dinero. Esto está colapsado", opina Bismary, quien vive con otros dos hijos y una nieta.
Sin paciencia
Ante el fuerte malestar porque aún no están los nuevos billetes, que debían circular desde el pasado jueves, Maduro pidió "comprensión" para que el proceso de transición "termine de salir bien".
Pero los venezolanos, que ya aguantan la inflación más alta del mundo y una grave escasez de alimentos y medicinas, pierden la paciencia. En varias ciudades del país se reportaron protestas y saqueos, como los de la localidad de Guasdualito, en el estado Apure (suroeste).
"Aquí quemaron los tres únicos bancos que tiene el municipio, por lo que la ciudad esta militarizada hoy. Hubo heridos y más de 100 detenidos", informó la exalcaldesa de la ciudad, la opositora Lumay Barreto.
La mayoría de la población de Apure reside en municipios rurales, en los que viven campesinos y agricultores, que según Barreto "hicieron colas desde el lunes para depositar el dinero y les fue imposible".
"Perder tu dinero, no tener qué comer y tampoco qué comprar desató la desesperación de la gente", dijo.
Bismary asegura que también está cerca de perder la calma, y mira a su hija que parece no entender la conversación.
"No estoy de acuerdo con esto, que yo tenga que venir aquí con una miseria de rial (dinero) a cambiarlo al BCV para poder comer. Esto es una locura, yo ya estoy cansada. Este presidente se tiene que ir, nos están matando del hambre", manifestó.
No obstante, parece resignada a seguir en la fila. "No me puedo devolver a la casa con esos reales otra vez", asegura Bismary, para quien solo "un milagro" puede resolver la situación del país.
FOTOS: José Félix Lara | Sábado, 17 de diciembre
2016-12-17