Erick González/[email protected]
A las balas frías también le cayó la escasez. Los dueños de los puestos alegaron que con la falta de la carne y el pollo se las han visto difícil para adquirir los ingredientes de las hamburguesas y pepitos.
“Ahora solo se trabaja con lo que se encuentre”, sostuvo Edencio Pérez, perrocalentero en Las Mercedes. Además, explicó que los pocos productos que puede adquirir como la carne y el pollo, lo hace mediante “distribuidores intermediarios” quienes les venden la carne, pero a precios elevados.
Los perrocalenteros consultados confirmaron que las carnes y pollos comprados no son a precios regulados, por el tiempo que requiere buscarlo. José Herrera, dueño de un carro de perros, precisó que las inversiones que se hacen para mantener en funcionamiento el puesto, es mayor a las ganancias en cuestión. Al menos Bs 250 mil invierten los patrones de los puestos de comida rápida, para comprar los ingredientes. Mientras la panela de queso amarillo llega a costar hasta Bs 5 mil.
Balas flojas
Comprar una hamburguesa en las famosas calles del hambre de Chacaíto, Las Mercedes y La Hoyada se convierte en un golpe para el bolsillo de las personas. Hasta Bs. 380 puede gastar un consumidor al comprar.
En dos meses, el precio de los perrocalientes se duplicó según un recorrido realizado por el equipo del Diario 2001, el pasado 8 de junio.
Las ventas, según confirmaron los vendedores, han bajado hasta un 70% en comparación a meses anteriores. Un cliente que compre a diario un perro caliente, durante los días laborables para “matar el hambre”, gasta en la semana Bs. 700, sin contar el refresco.
El gasto en esta comida rápida durante un mes, es de Bs 2.800, es decir, un 30% del sueldo mínimo, que actualmente es de Bs 7.421,68.
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