Jesús Gambus | [email protected]
Los estudios demográficos más recientes le han puesto sello profesional a la impresión que el común de los venezolanos observa sobre su población: “Nos estamos quedando sin jóvenes”.
La acentuada ola migratoria y la violencia que cobra vidas, especialmente de los jóvenes, se han unido para romper con el “ritornello” de que si Venezuela tuviese una cara única, se mostrara como una primorosa adolescente aunque, se debe admitir, el asunto es un problema mundial.
Estudiantes de Sociología de la Universidad Central de Venezuela (UCV) revelan en un trabajo de grado los alcances de esta tendencia que contradice esa apreciación.
Carlos Pino, coordinador del equipo, indica que según el estudio desarrollado en Caracas, un 58 por ciento de sus habitantes son adultos mayores, y el resto (42%) lo conforman jóvenes y niños.
Desfase. Los cambios radicales sufridos por el país en los últimos años hacen aparecer como una referencia remota a los indicadores del censo de población de 2011 del Instituto Nacional de Estadística (INE) en el cual aparece que el promedio de nuestra población es de 27 años y de acuerdo con las proyecciones que se efectúan a partir de este censo, para septiembre de 2016 debe ser de 31 millones 28 mil habitantes.
La pupila profesional de los investigadores también han venido apreciando los rasgos del paso del tiempo por los rostros más comunes en las calles del país. Esa estimación los llevó a considerar, en 2013, una esperanza de vida de 78,77 años para el venezolano, que contrastan con los 75,35 años del censo.
Carlos Aponte, profesor investigador del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, indicó que el envejecimiento de la población es una tendencia marcada a nivel mundial como consecuencia de que haya bajado la mortalidad y se ha aumentado el número de años que se espera que vivan las personas.
Bono demográfico. El profesor explicó que desde hace una década Venezuela atraviesa un período en el que la mayoría de su población se concentra en las edades productivas, lo que quiere decir que hay menos niños y menos adultos mayores que adultos en edad de trabajar. Esta ventana demográfica terminaría hacia el año 2040.
Esto debiese presentar una oportunidad para el desarrollo. Sin embargo, al igual que antes de este período Venezuela tenía una mayoría concentrada en niños y jóvenes; una vez terminado el bono demográfico habría una concentración mayoritaria de adultos mayores.
Es por ello que Aponte recalcó que “un país en estas circunstancias debe fortalecer mucho todo lo que son sus políticas de reforzamiento de la productividad y de planes hacia los niños y los jóvenes, para garantizar que esa población, en un futuro, pueda financiar políticas de salud y seguridad social para mantener a la población de adultos mayores que va a ir en aumento”.
Hay que prepararse. Es preocupante que en un futuro los adultos mayores pasen a ser el grupo mayoritario porque incluso en la actualidad cuando, por los datos del INE, la población de tercera edad solo representa un 11%, son muchas las penurias que sufren los ancianos en el país.
“Si no nos preparamos adecuadamente vamos a tener un problema social porque tendremos una cantidad creciente de personas con afecciones de salud normales al tener más edad, que en su mayoría no producen sino que dependen de quienes trabajan, y si no logramos que los jóvenes sean personas bien formadas, vamos a tener dificultades para atenderlos” explicó Carlos Aponte.
Víctimas de la inflación. Sobre esto, Trino Márquez, sociólogo, profesor y director de Cedice explicó que “para que la población de la tercera edad pueda vivir en condiciones dignas es necesario que la productividad de la sociedad aumente, porque la población activa debe generarte un excedente que se traduzca en cotizaciones para el seguro social. La seguridad social tiene que ser intergeneracional y solidaria”.
En este momento no todos los adultos con derecho de percibir jubilación disponen de los pagos del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss), y los que acceden a ellos solo reciben un 20% aproximado de lo que representa la canasta alimentaria, como precisó días atrás la Asociación Civil Convite.
En este sentido afirmó que “estas pensiones son casi simbólicas, se reciben apenas 23 mil bolívares, si lo redondeamos. Son pensiones realmente miserables que deben estar entre las más bajas de toda América Latina. Una persona de la tercera edad no puede subsistir ni una semana con esa pensión, porque una persona de la tercera edad consume un poco menos en alimentos, pero aumenta su consumo de medicamentos en gran medida”.
“Productividad en Venezuela tiene 50 años estancada”
Carlos Aponte, profesor investigador del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (UCV) explicó que constituye un problema grave el que en el país no haya aumentado la productividad desde hace medio siglo, en términos de la riqueza por habitante.
“Eso es un proceso que tenemos que redefinir, ya que si no lo hacemos, si mantenemos el estancamiento y no logramos tener un cambio económico y social que produzca más riqueza por habitante, en la medida que tengamos una parte de la población que se desincorpore del área productiva, vamos a tener un país que estará estancado en su generación de recursos y que tendrá una población dependiente, y eso redundará en el empeoramiento de la calidad de vida”.
Por ende, el investigador señaló que es indispensable que se redefina el modelo rentista actual antes de que pase el bono demográfico que son condiciones favorables para la productividad y para el desarrollo sostenible.
“Si no cambiamos el rumbo el futuro no es realmente prometedor”, observa el profesor e investigador de la Universidad Central de Venezuela.
Por su parte, Trino Márquez, sociólogo y director del Cedice, explicó que lo primordial es ocuparse de la baja productividad más que del envejecimiento, ya que el problema radica en las pocas contribuciones que pueden aportar los ciudadanos a los fondos de seguridad social correspondientes.
2016-10-02