Anyela torres [email protected]
La generación de empleos estables, bien remunerados, es algo más que una fantasía con una economía que como “la guagua” de Juan Luis Guerra, marcha en reversa.
En Venezuela, la empresa que los medios oficiales buscan relacionar con un motor de alta cilindrada perfectamente capacitado para mover al país, ha sido trastocada por la dieta de Maduro, aunque en forma distinta a la que se aprecia en la contextura de los venezolanos.
La posibilidad de contratar personal de alta gerencia, cuadros medios, e inclusive personal obrero se les ha hecho cuesta arriba a falta de materias primas, disponibilidad de divisas para comprarlas, reposición de inventarios, adquisición de maquinarias, herramientas de trabajo, y dificultad para cubrir las nóminas.
Pero la chispa atrasada y la fuerza que produce el movimiento se atasca aún más por los aumentos salariales, los desembolsos por concepto de cesta ticket, la inamovilidad en prórroga constante, la limitación de días laborables por deficiencias eléctricas, y un largo etcétera, que según la dirigente sindical y coordinadora nacional de trabajadores UNETE, Marcela Maspero, ha dejado como resultado la pérdida de 200 mil empleos aproximadamente.
Para Maspero el mayor componente de pérdidas de empleos está en el sector de comercio y servicio, financiero y telecomunicaciones.
Empleo condicionado
La posibilidad de conseguir un trabajo en el Gobierno, el más grande empleador del país, está condicionada a la filiación política.
Los propios partidarios oficialistas así lo anunciaron tras la detección del voto de muchos trabajadores de la administración pública por el referendo revocatorio contra el presidente Maduro.
En entrevista por la Radio Nacional de Venezuela, el diputado Diosdado Cabello manifestó que los directivos de instituciones públicas que firmen en apoyo al RR “no deberían seguir en sus cargos”.
Hasta ahora se han registrado 1.500 despidos en el sector público como consecuencia de haber participado en la recolección del 1% de las rúbricas, según indica Maspero. “Se han botado trabajadores del Seniat, de Corpoelec, de las industrías básicas, de Seguros Federal, e incluso de la ONA”, aseveró.
Persecución sindical
Otro elemento que empaña la utopía de encontrar un empleo que aprecie y respete los derechos de los trabajadores, es la persecución laboral; que a pesar de que el Estado haya creado una ley para proteger a la “clase obrera”, la misma ha dejado de cumplirse tanto en el sector privado como en el público.
La sindicalista explica que los empleadores de las industrias o empresas privadas arremeten duramente contra los trabajadores mediante despidos masivos, estafas, imputaciones penales, y otros métodos.
“Nos han denunciado que se están utilizando los elementos de las fuerzas públicas de los tribunales penales para despedir a los trabajadores. En el sector farmacéutico, por ejemplo, tenemos un caso de un laboratorio que cerró, y despidió a todos sus trabajadores y luego volvió a abrir sus puertas estafando a los trabajadores y además generando delitos”, comentó.
Respecto al sector público, expuso que el acoso, la persecución, las jubilaciones adelantadas, exclusiones de los contratos colectivos, despidos masivos, pagos retrasados, y amenazas de cierre, hacen de la suyas para evitar que se asuman liderazgos en las organizaciones sindicales.
“Debido a la ausencia de materia prima se está utilizando un método apoyados en la Ley del Trabajo, que es enviar a los trabajadores a sus casas mediante suspensiones laborales por falta de materia prima. Hay mil trabajadores del central azucarero que tienen orden de reenganche y no ha sido acatadas” , asegura Maspero.
Cacería laboral
Conseguir el primer empleo siempre ha sido un reto en un país cuya mayoría empresarial exige mínimo 3 años de experiencia laboral.
Carlos Subero, secretario general nacional de la Confederación de Jóvenes Trabajadores de Venezuela, explica que el mayor nivel de desempleo de Venezuela se concentra en jóvenes con edades comprendidas entre 18 y 25 años, ya que no hay suficientes oportunidades que se arriesguen a aportar por el talento joven.
Como consecuencia de ello, Subero advierte que la mayoría de los jóvenes de estratos sociales más bajos deciden dedicarse a las actividades de libre comercio.
2016-11-19