DPA
Cuatro autobuses fueron incendiados y una comisaría fue atacada a tiros en la noche del viernes en Sao Luís, capital del estado brasileño de Maranhao, donde se vive una crisis en el sistema carcelario que ya dejó dos presos muertos en lo que va del año.
Según informan hoy medios locales, seis personas resultaron heridas en los ataques y tres de ellas están en estado grave.
Además, un agente de la policía militarizada retirado murió víctima de disparos de bala, pero todavía no se sabe si su muerte está relacionada con los ataques.
La Secretaría de Seguridad Pública sospecha que los atentados fueron ordenados por los presos como respuesta a una serie de medidas rigurosas adoptadas por las autoridades el pasado 27 de diciembre, cuando la seguridad de los seis complejos carcelarios del estado, entre ellos el penal de Pedrinhas, localizado en la capital, pasó a manos de la policía militarizada.
Anteriormente, la seguridad en el complejo de Pedrinhas, que tiene capacidad para 1.700 presos pero alberga actualmente a 2.500, estaba en manos de la Secretaría de Administración Carcelaria.
La gobernadora de Maranhao, Roseana Sarney -hija del ex presidente brasileño José Sarney- sospecha que "las acciones de los bandidos son un intento de reacción a las medidas adoptadas por medio de la policía militarizada, buscando disciplinar, organizar y combatir la criminalidad en las unidades carcelarias de la capital (provincial)".
En la última inspección sorpresiva realizada en Pedrinhas fueron confiscadas 300 armas de fabricación casera, droga, bebidas alcohólicas y celulares.
De acuerdo con el portal G1 de la red Globo, el primer atentado del viernes ocurrió cerca de las 22:00 hora local (01:00 GMT) en el barrio Joao Paulo, donde unos cinco hombres interceptaron un autobús, ordenaron a los pasajeros abandonar el vehículo después de asaltarlos y lo incendiaron. Otros tres episodios similares ocurrieron horas después en los barrios Vila Sarney, Ilhinha y Jardim América.
Asimismo, la comisaría del noveno Distrito Policial, en el barrio Sao Francisco, recibió al menos ocho impactos de bala.
Las autoridades prevén reunirse hoy para evaluar la crítica situación carcelaria, especialmente en Pedrinhas, el mayor complejo carcelario de Maranhao, donde el año pasado murieron asesinados al menos 60 presos en disputas entre grupos del crimen organizado rivales.
El pasado 2 de enero, otros dos detenidos, uno de 35 años y otro de 19, fueron encontrados muertos en sus celdas.
En algunos casos, los presos muertos fueron brutalmente torturados, ejecutados o decapitados en acciones que fueron filmadas y cuyas imágenes incluso se hicieron públicas.
También se denunció que algunos presos están siendo obligados a "entregar" a sus esposas, hijas o hermanas a otros detenidos, para ser violadas por otros presos bajo amenaza de muerte.
Al respecto, el juez Douglas Martins, del Consejo Nacional de Justicia, dijo tras visitar el penal que el ambiente propicia la práctica de violación de familiares, debido a que los encuentros íntimos entre los detenidos y sus parejas son realizados en ambientes colectivos.
Ante la gravedad de la situación, organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Procuraduría General de la República y el Consejo Nacional de Justicia instaron a las autoridades a buscar mecanismos para resolver la situación.