Carlos Crespo
Eran las 4 de la tarde de uno de los domingos en lo que se disputó la Copa Mundial de Futbol 2010 y Jorge (nombre ficticio) salía de Wendy’s de los Palos Grandes, en Chacao. Cuando se iba a montar en su carro, un vehículo marca Mazda bloqueó su ruta de salida.
“Se atravesó y se bajaron dos tipos encañonándome y me dijeron que me montara en la parte de atrás de mi carro. Había un tercero en el Mazda”, rememora.
Se trataba de un “secuestro breve” el nombre que usa la legislación para definir esta situación, o de un “secuestro express” como es conocido por la mayoría de los venezolanos.
Jorge fue posteriormente cambiado al Mazda y devuelto a su carro, ruleteado por Catia y finalmente llevado a su casa en Guatire “Se llevaron algunas pertenencias, la computadora, una botella de Whisky. Me empezaron a hacer preguntas, ellos me decían que sabían que yo tenía dólares pero yo no tenía”.
Los tres sujetos hablaron de cifras: 20.000 bolívares por su rescate. Sin embargo, Jorge no disponía de ese dinero. “Me decían que yo tenía que tener un familiar con plata, yo les dije que no tenía nada”.
Finalmente, al darse cuenta de que cada segundo que pasaba crecía el peligro de ser atrapados, los secuestradores decidieron quedarse con el carro y las pertenencias de Jorge. “Como a las 6:30pm me dejaron botado en la Cota Mil. El carro apareció después. Me imagino que se dieron cuenta de que yo no tenía mucho y prefirieron tomar lo que tenían a la mano”.
La modalidad que más aumenta es la del "secuestro express" en Los Palos Grandes. El horario preferido por los delincuentes es de 6 pm a 9 pm. La Cota Mil se presenta como una eficaz vía de escape y facilita su trabajo. Solo una de cada diez víctimas denuncia el hecho. Vecinos y comerciantes piden mayor patrullaje en la zona.
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