Yeilis Torres Cruz, una disidente cubana, fue interceptada en 2022 mientras intentaba llegar a Estados Unidos en una balsa, junto a un grupo de 17 migrantes.
Tras su detención por las autoridades estadounidenses, pasó siete meses en la Base Naval de Guantánamo, donde luchó por su asilo político, según reseña la web Cibercuba.
Su historia toma fuerza en el contexto de la orden de la administración Trump, que podría permitir albergar hasta 30,000 migrantes en Guantánamo.
Durante su estadía en la base militar, que se extendió desde diciembre de 2022 hasta julio de 2023, Torres Cruz fue la única de su grupo que no fue devuelta a Cuba.
Relató que su experiencia estuvo marcada por restricciones severas y una sensación constante de vigilancia. “Uno se sentía como detenido, como que preso”, comentó en una entrevista con Univision.
La vida cotidiana en el centro de detención era limitada; no podía salir del área designada después de las siete de la noche y las compras estaban restringidas.
En total, había 21 migrantes en la Base, incluidos ocho cubanos y tres haitianos. Finalmente, Torres Cruz fue trasladada a Estados Unidos por una emergencia médica y pasó cuatro meses en el centro de detención de migrantes de Broward, donde ganó su caso de asilo.
Actualmente reside en Ohio y apoya la decisión de la administración Trump de enviar a Guantánamo a personas con antecedentes penales.
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