Una intensa ola de calor comenzó el viernes pasado en la región central de Estados Unidos, con temperaturas que superan los 37 grados Celsius. Estos valores térmicos inusuales para septiembre han generado advertencias sobre posibles impactos en la salud pública y el suministro energético de aires acondicionados.
Según información obtenida del portal web del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS), la ola de calor afectará principalmente al centro del país, con máximas que podrían oscilar entre 36 y 40 grados Celsius, cifras cercanas o superiores a los récords históricos diarios registrados en 1939. Esta situación se pronostica que se prolongará hasta mediados de la próxima semana.
Riesgos para la salud y la infraestructura
El NWS ha señalado que el calor extremo presenta un alto riesgo para la salud, especialmente para personas sin acceso a sistemas de enfriamiento o hidratación adecuada, así como para quienes son más vulnerables como adultos mayores, niños y personas en situación de calle. El aumento sostenido de las temperaturas también podría generar presión sobre los servicios de emergencia y hospitales.
Además, las autoridades federales alertan sobre la posibilidad de tensiones en el suministro eléctrico, debido al aumento en la demanda energética. Esta situación se agrava en áreas urbanas densamente pobladas y regiones con restricciones hídricas, lo que podría afectar el funcionamiento normal de servicios públicos y sistemas industriales.
Áreas afectadas y comparación histórica
La ola de calor impactará una franja que va desde Nebraska hasta Texas y Luisiana, incluyendo estados como Iowa, Misuri e Illinois. Ciudades importantes como Omaha, St. Louis y Des Moines podrán registrar temperaturas superiores a 37 grados Celsius, acercándose o superando récords de septiembre establecidos durante la década de 1930, específicamente en 1939.
El evento climático actual se compara con las temperaturas extremas del Dust Bowl de la década de 1930, una época marcada por condiciones de calor históricamente intensas en Estados Unidos.
La herramienta HeatRisk del NWS muestra altas probabilidades de afectaciones generalizadas durante este periodo. Mandy Cohen, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades declaró a la revista Time:
“Las enfermedades y muertes relacionadas con el calor se pueden prevenir siempre y cuando la población realice un seguimiento del pronóstico del calor y tome las medidas necesarias”, expresó Cohen.
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