La administración del presidente, Donald Trump, rechazó las acusaciones de haber ignorado la orden judicial del sábado que frenaba la expulsión de supuestos miembros de pandillas venezolanas hacia El Salvador.
Si se confirma la desobediencia, esto podría desencadenar una severa crisis constitucional, poniendo a prueba los límites del poder ejecutivo.
La aplicación de una antigua ley, la Ley de Enemigos Extranjeros, para deportar a migrantes venezolanos, ha desatado un intenso debate.
Esta medida, vista por muchos como una extralimitación del presidente Trump, ha añadido dramatismo a la situación migratoria, reseña CNN.
El juez federal James Boasberg detuvo temporalmente las deportaciones para evaluar la legalidad de la ley utilizada, ordenando el regreso de cualquier avión con migrantes.
A pesar de esto, el gobierno informó que 250 personas deportadas, supuestamente miembros de una organización criminal venezolana, ya se encontraban en El Salvador.
La declaración emitida por Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, el domingo por la noche, en lugar de aclarar la situación, intensificó las dudas sobre si el gobierno había desobedecido la orden del juez.
Según Leavitt, la Administración no ignoró una orden judicial, ya que ésta carecía de base legal y se emitió después de que presuntos miembros de la banda criminal de Venezuela, considerados extranjeros terroristas, fueran expulsados de Estados Unidos.
“Un solo juez en una sola ciudad no puede dirigir los movimientos de un portaaviones lleno de terroristas extranjeros que fueron expulsados físicamente de suelo estadounidense”, agregó.
CNN señaló que Leavitt hizo énfasis en la orden "escrita" y en la salida de los migrantes de territorio estadounidense, dejando ambigüedad sobre su llegada a El Salvador.
Trump no respondió las acusaciones de haber incumplido la órden del juez a realizar las deportaciones de venezolanos
El domingo por la noche, durante su vuelo de regreso a Washington desde Florida, Trump respaldó las medidas de su administración, pero no respondió directamente a la pregunta sobre el cumplimiento de las instrucciones del juez.
“Les puedo decir esto: eran malas personas. Eran un grupo de, como digo, hombres malos”, comentó.
Sin embargo, al preguntársele si su gobierno violó las órdenes judiciales, respondió: “Tendrían que hablar con los abogados sobre eso”.
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