Las fuerzas armadas de Estados Unidos han comenzado a detener directamente a migrantes que ingresan sin autorización en zonas militarizadas a lo largo de la frontera sur, en una medida que intensifica el control militar en la región.
La primera detención ocurrió cerca de Santa Teresa, Nuevo México, donde tres inmigrantes fueron interceptados en la "zona de defensa nacional" y entregados a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Esta información, obtenida del portal web de Noticias Telemundo, indica que más de 1,400 personas han sido acusadas de entrar ilegalmente en estas áreas militarizadas, parte de una estrategia del gobierno de Donald Trump para reforzar la seguridad fronteriza.
Aunque la Ley Posse Comitatus limita la acción militar en la aplicación de la ley civil, una excepción permite estas intervenciones en casos específicos. La administración planea ampliar estas zonas y continúa presentando cargos para desalentar la entrada ilegal.
El aumento del despliegue militar coincide con protestas en ciudades como Los Ángeles, donde se han producido cientos de arrestos contra las redadas migratorias.
Para responder a estas manifestaciones, el gobierno ha autorizado el envío de miles de miembros adicionales de la Guardia Nacional, elevando la presencia militar en la frontera y en zonas urbanas cercanas.
Visita nuestra sección: Internacionales
Mantente informado en nuestros canales de WhatsApp, Telegram y YouTube