La crisis inmigratoria ha tenido un impacto diverso en las ciudades, siendo Chicago un ejemplo notable. Muchos inmigrantes, debido a la escasez de permisos laborales, han optado por trabajar como vendedores ambulantes.
Este aumento en el comercio informal se ha vuelto evidente en las calles, donde se pueden encontrar una variedad de alimentos típicos como tacos, tamales y arepas.
Según informa Heraldo USA, estos trabajos informales se han convertido en una fuente de sustento para quienes no han sido repatriados.
Las historias de estos vendedores reflejan la lucha y la frustración que enfrentan al no poder acceder a los permisos necesarios para trabajar legalmente.
Casos
Entre los casos destacados, se encuentra el de Jesús, un joven venezolano que llegó a Estados Unidos en 2023 y actualmente espera su permiso de trabajo mientras vive con asilo temporal.
También hay un vendedor guatemalteco que ofrece comida a los transeúntes y una pareja venezolana que vende empanadas en ferias locales.
Cada experiencia es un testimonio del esfuerzo por sobrevivir en un entorno complicado.
A pesar de los desafíos, el sector de los vendedores ambulantes ha demostrado ser económicamente viable, generando aproximadamente 35 millones de dólares al año.
Esto con un notable aumento en el número de comerciantes, que alcanzó los 5,500 a principios de 2025, casi el doble en comparación con años anteriores.
La Street Vendors Association of Chicago denuncian que las políticas migratorias del presidente Donald Trump complican la obtención de permisos laborales.
Esta situación ha forzado a muchos a trabajar en la informalidad, dejando incierto el futuro de estos emprendedores.
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