El pan de garbanzo se está posicionando como una alternativa saludable, versátil y sin gluten para quienes buscan cuidar su alimentación o evitar el consumo de harinas tradicionales. Esta preparación combina la tradición de panes planos mediterráneos como la socca francesa o el fainá italiano, con ingredientes adaptados a la cocina actual.
Gracias a su textura esponjosa, aroma a frutos secos y su capacidad para funcionar tanto en desayunos como en acompañamientos ligeros, resulta ideal para personas con intolerancias o simplemente para quienes desean variar su dieta. Además, el garbanzo aporta numerosos nutrientes beneficiosos, lo que refuerza su papel dentro de una alimentación consciente.
Pan de garbanzo
Ingredientes:
250 g de harina de garbanzo
7 g de levadura seca de panadería
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azúcar (opcional)
300 ml de agua templada
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Semillas al gusto (sésamo, chía o lino)
Preparación
- Disuelve la levadura junto con el azúcar (si la usa) en 100 ml de agua templada. Deja reposar unos 10 minutos.
- En un bol grande, mezcla la harina de garbanzo con la sal.
- Haz un hueco en el centro de la harina, añade la mezcla de levadura, el resto del agua (200 ml) y el aceite de oliva. Integra hasta obtener una masa espesa.
- Cubre la masa y dejar levar en un lugar cálido hasta que duplique su volumen (aproximadamente una hora).
- Engrasa o forra un molde con papel vegetal, vierte la masa en él, y si lo deseas, añade las semillas por encima.
- Deja reposar nuevamente de 20 a 30 minutos.
- Precalienta el horno a 200 °C y hornear durante 40 minutos, o hasta que la superficie esté dorada.
- Retira del horno y enfría completamente sobre una rejilla antes de cortar.
¡Buen provecho!
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