La idea de que los zumos de fruta son siempre una alternativa saludable frente a los refrescos azucarados está muy extendida. Muchas personas los consumen en los desayunos o meriendas pensando que aportan vitaminas y energía sin los efectos negativos del azúcar refinada. Sin embargo, investigaciones recientes cuestionan esa percepción.
Riesgo en los zumos
La experta en cáncer Hanna Heikenwälder ha advertido que el consumo frecuente de zumo de fruta podría representar un riesgo alto para la salud, incluso superior al asociado a las bebidas azucaradas. Según su análisis: al beber zumo, los azúcares llegan rápidamente al intestino, donde son absorbidos con facilidad. Esto genera una carga intensa para el metabolismo, ya que el cuerpo debe procesar ese exceso de azúcar.
Además, la fructosa puede convertirse con facilidad en grasa en el hígado, lo que eleva el riesgo de inflamación y puede desencadenar problemas metabólicos. En algunos estudios, un consumo habitual de zumos ha sido asociado con un mayor peligro de ciertos tipos de cáncer, al igual que con aumento de peso y trastornos del metabolismo.
Aunque el zumo conserva algunos nutrientes de la fruta original (vitaminas, minerales y compuestos beneficiosos), al exprimirla se pierde la fibra, un elemento clave que ayuda a la digestión, rompe la sensación de hambre y modera la liberación de azúcar al organismo. Por eso, la fruta entera suele ser una opción más saludable, sobre todo si se consume con regularidad, mientras que el zumo es mejor reservarlo para ocasiones puntuales.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales
