2001Online.com | Solangel González
Muchos niños descubren a temprana edad el poder que tienen sus rabietas y pataletas, y comienzan a hacerse frecuentes en casa e incluso estado en lugares públicos con el objeto de conseguir lo que ellos desean. Esa actitud logra sacar de sus casillas a los padres.
Si estás padeciendo en carne propia toda esta situación, te damos algunos consejos para que logres tratar con ello y salir bien librado.
Es importante que tengas presente que las rabietas o pataletas ocurren porque el niño no sabe cómo controlar sus emociones, pero que afortunadamente es una etapa pasajera y que se irán mitigando y espaciando cada vez más, a medida que el infante va madurando y logra tener el control de muchas cosas a su alrededor.
Rebeldía
Llorar, gritar, morder, pegar y patear, son por lo general las reacciones que tienen los niños al ponerse bravos por no conseguir lo que desean. Estas pataletas son bastante común en infantes de 2 hasta los 4 o 5 años; y los padres deben aprender a tratar con ello, lo principal es actuar con firmeza y hablarles siempre lo más claro posible, por ejemplo, “te dije que no te puedes subir a la escalera porque te puedes caer y te harás daño… y si quieres llorar, llora, pero no lo harás” y seguir con la actividad que se estaba realizando sin prestarle atención a la pataleta. Con ello el niño se cansará y poco a poco aprenderá a que debe cumplir y respetar lo que le dicen los padres.
¿Qué hacer?
Mientras ocurre el proceso de maduración y el niño logra controlar sus emociones y por tanto desaparecer las pataletas, los padres deben:
– Explicar con frases cortas lo que se quiere transmitir. Lo ideal es que se hable antes de que esté totalmente alterado. Una idea sería usar frases como: “no hay chocolate porque acabas de comer” o “si no duermes, mañana estarás cansado y no vas a poder jugar”.
– Evitar responder de manera alterada, pues estarás fomentando a que actúen de la misma manera. Recuerda que ellos copian todo de los padres.
– Fijar una posición y mantenerla. Es vital que los padres controlen la situación y sostenga su decisión para que el niño se dé cuenta que no va a ganar nada con una rabieta.
– Ponerse a su estatura para que puedan mirarse a los ojos y hablarle con calma. No puedes corregirle sus rabietas y pataletas con gritos porque estás dando un mensaje erróneo. Además, explicarles que con gritos y llorando es imposible entenderle.
– Cambiar el no por el sí. Conviene replantearse la manera de comunicarse con ellos, por ejemplo, si buscas decirle al niño que “no corra”; opta por decirle, “camina…”.
– Anticiparse a las rabietas, por ejemplo, si es la hora de la comida y sabes que puede ponerse a llorar porque no quiere probar bocado, se recomienda pedirle ayuda para poner la mesa, y además, decirle que va a comer determinado platillo y luego de la siesta tiene su merienda. Esto lo mantendrá ocupado e incluso se preparará para lo que viene.
– Permitirles desahogarse, por lo que puede incluso ser positivo dejarlos que pasen su pataleta, decirle “avísame cuando se te pase el enfado” y alejarse un poco.
2020-10-07
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